Diez años sin Aaron Swartz, el hijo de internet

Aaron Hillel Swartz. imagen wikipedia

Esta semana se cumplen diez años del suicidio de Aaron Swartz  (1986-2013), programador y activista político por la libertad de información en la red. Entre sus principales aportaciones se encuentran el desarrollo de la web RSS, la organización Creative Commons, Reddit, Open Library o Secure Drop.

Tras el arresto por el caso JSTOR para liberar el acceso a publicaciones académicas del MIT. El 11 de enero de 2013 se suicidó a los 26 años, mientras trabajaba en la creación de DeadDrop, un sistema que permite enviar documentación de forma anónima y segura, protegiendo a sus emisores de posibles represalias de las organizaciones implicadas en los contenidos filtrados.

Hablaba un profeta perdido sobre la existencia de cuatro tipos de personas en este mundo. En primer lugar, los que “saben y saben que saben”, es decir, los sabios, un reducido número de inadaptados y adelantados a su tiempo, revolucionarios, irreverentes e incomprendidos a veces, que con su conocimiento contribuyen a transformar sociedades y construir un mundo mejor.

Después, estarían los que “no saben, pero se creen que saben”, en cuya particular hoguera de las vanidades arrojan a aquellos que cuestionan el establishment político, económico y social.

El tercer grupo lo formarían los que “no saben, pero saben que no saben” quienes, resignados o entusiastas, siguen a una u otra corriente de las anteriores. Y, finalmente, los que “no saben y no saben que no saben”, viviendo en una especie de limbo de la ignorancia cercano a la felicidad o el sufrimiento perpetuo, donde el cuestionamiento es, obviamente, un desconocido.


Aaron Swartz estaría, sin duda alguna, en el primer grupo. Quizá, por ello, su genialidad fue perseguida por la arrogancia de los segundos, defensores de un sistema incapaz de cuestionarse a sí mismos.

En esta nueva era de la Sociedad de la Información, como si del Club de los 27 se tratase, la muerte de Aaron catapultó su figura a la categoría de uno de los grandes iconos del siglo XXI.

El presente siempre llega tarde y la Historia es el único consuelo para reconocer a aquellos que supieron leer el futuro. Mientras los que creen saberlo todo sigan dándose golpes en el pecho, la esperanza reside en quienes tenemos todo por aprender, ser capaces de beneficiarnos de los sabios y mantener su legado por un futuro mejor. Impresionante aquel chaval de Baltimore que con 14 años descubrió una forma de detección temprana del cáncer de páncreas.

Nada fue en vano, todo tiene sentido.
Muchas gracias Aaron Swarz.

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