Presentábamos aquí el pasado domingo New Media Makers, un toolkit para creadores y financiadores de nuevos medios, esos que, ya de orientación ciudadana o promovidos por periodistas profesionales, exploran formatos diferentes a los de los medios tradicionales.
Hablábamos en ese artículo de la cuantiosa aportación financiera que para el desarrollo de proyectos de nuevo periodismo habían hecho las fundaciones en Estados Unidos. Y de cómo éstas veían cada vez con mejores ojos el donar fondos para iniciativas periodísticas.
Lo que ya no es tan habitual es que sean los medios tradicionales los que acudan a la puerta de las fundaciones en busca de sus dineros. Y esto es, precisamente, lo que están meditando hacer en The New York Times.
Lo explicaba hace unos días a Poynter Online, en conversación telefónica, el subjefe de redacción del diario neoyorquino, Craig Whitney, que aún reconociendo que no han tomado aún decisión alguna ni han acudido a ninguna fundación, confirmaba que sí están pensando en esa alternativa como algo posible.
También aclaraba Whitney que el diario no pretende llegar a convertirse en una corporación sin ánimo de lucro y que, de optar por esa vía, deberán ser cuidadosos para no comprometer su independencia editorial ante la influencia de agendas particulares. Se refiere el periodista a la posibilidad de que las fundaciones pudieran pretender tener voz en las decisiones sobre la cobertura de asuntos que pudieran afectar a sus áreas de dedicación.
Otro editor del diario, Clark Hoyt, se refería recientemente a esta posibilidad en su columna, en la que trataba sobre el acuerdo de colaboración entre The New York Times y Lindsey Hoshaw, una periodista freelance que a través de Spot.us va a realizar un reportaje sobre los residuos tóxicos que reposan en el Océano Pacífico.
Según Hoyt, los editores del Times estarían barajando la idea de recurrir a las fundaciones para el apoyo a secciones específicas del diario, como la de Ciencia. Y, en este orden de colaboraciones, pone de relieve los acuerdos de otros medios con ProPublica, actualmente apoyada financieramente por la Knight Foundation, fundación que también sufragó la creación de Spot.us.
Cierra el editor su columna citando unas declaraciones de Alberto Ibargüen, presidente de la Fundación Knight, quien opina que a no ser que los medios tradicionales se muevan del «yo escribo y tú lees» a este tipo de acuerdos y dejen al público participar en la elaboración de las noticias, es posible que «el mundo pase de ellos».
Quizá sea la situación económica la que ha llevado al Times a plantearse esta solución, pero el simple hecho de valorarla ya habla de que algo está cambiando en el periodismo que solemos llamar tradicional.