A pesar de las promesas de acceso libre y sin censuras a Internet para los periodistas que acudan a Pekín 2008, la realidad es que ese acceso no resulta gratuito y, lo que es aún peor, se limita a la conexión a la Red en versión china, con sitios bloqueados y contenidos filtrados.
El anuncio de esas limitaciones puede resultar un bochorno público tanto para el Comité Organizador (BOCOG) como el Comité Olímpico Internacional (COI) -más aún cuando éste ha admitido tener un conocimiento previo de la intención de reestablecerlas tras la promesa de acceso libre-, pero las autoridades chinas son inflexibles en ese aspecto, apelando a una ley reguladora que, paradójicamente, no existe. O cuya existencia, al menos, ningún periodista ha podido constatar.
Para colmo, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, responsable de los medios extranjeros allí acreditados, no ha tenido reparos en descargar la culpa en los propios sitios bloqueados por su gobierno, alegando que «existen problemas que hacen que no resulte fácil poder verlos en China». Una curiosa forma de describir lo que es pura censura.
El asunto es que, mientras los organizadores de los Juegos pretendían ser los únicos responsables de esas cuestiones, las decisiones estaban en otras manos. Desde los gobiernos locales, que conceden los permisos para reporteros y equipos de televisión, hasta las fuerzas de seguridad, con su propio mandato acerca del modo de actuar en determinadas situaciones.
Así, aún asumiendo que el BOCOG fuera sincero en su propósito de permitir el acceso sin restricciones a los periodistas extranjeros, era ésa una medida que no estaba en sus manos garantizar. Y si es que pensaron que quizá pudieran ejercer alguna influencia sobre los censores de su país, obviamente se equivocaron.
Los periodistas extranjeros formalmente acreditados en Pekín tendrán que usar los mismos sistemas que cualquier ciudadano chino para burlar los controles gubernamentales, si es que quieren acceder a la Red libremente, sin restricciones.
Con este escenario por delante, Human Rights Watch ha publicado una guía para periodistas, Reporter’s Guide to Covering the Beijing Olympics, donde se dan algunas indicaciones para la cobertura de los Juegos.
Los riesgos y derechos de los periodistas, consejos para su seguridad y la protección de sus contactos chinos o información sobre el sistema de censura en China y las posibles formas de burlarlo son algunos de los contenidos de esa guía.
Disponible en la web en inglés, se ha editado también en versiones PDF en varios idiomas, entre ellos en español.
Vía | E-Media Tidbits