Dice Robert Mackey en una entrada en el blog The Lede en The New York Times que la publicación en Twitter de noticias e imágenes en casos de accidentes de aviación se está convirtiendo en algo ya habitual en ese tipo de sucesos.
Escribe esto a raíz del reciente amerizaje forzoso de un avión en el río Hudson y la imagen del accidente que Janis Krums -un «no-periodista» precisa Mackey- subió a TwitPic y difundió vía Twitter con gran repercusión. Y recordando que tan sólo hace unas semanas Mike Wilson, pasajero de un vuelo accidentado en el aeropuerto de Denver, usaba también Twitter para relatar ese accidente.
Pretende Mackey en su artículo restar importancia a Twitter como lanzadera de noticias, haciendo notar que no todo el mundo pudo tener constancia inmediata de lo publicado por Krums en ese servicio, mientras que tan sólo media hora después de tomar la fotografía era entrevistado como testigo por MSNBC, y fue su aparición en ésa y otras televisiones lo que dio verdadera difusión masiva a su caso.
Si sólo un número limitado de personas supo de su fotografía antes de su aparición en televisión, argumenta, ¿puede eso llamarse un scoop?
También destaca el hecho de que la demanda de visitas a la foto de Krums, 7.000 a un mismo tiempo, colapsara TwitPic. Si una web de un medio tradicional no pudiera soportar 7.000 requerimientos simultáneos de una imagen, ironiza, difícilmente podría hablarse de un sitio que funciona.
Refuerza Mackey su argumentación afirmando que los últimos avances en el periodismo ciudadano han devaluado los vídeos y fotos de ciudadanos conforme la cantidad de éstos que no son publicados en algún medio social también decrece.
Pone como ejemplo un caso de 1996, cuando una turista sudafricana, Marinda Gouws, tomó la imagen de un avión secuestrado de Ethiopian Airlines amerizando por falta de combustible junto a la costa de la isla Grand Comoro. La guerra entre los medios por conseguir esa foto, que finalmente ganó Worldwide Television News (WTN), reportó a la turista la cantidad de 65.000 dólares.
Janis Krums, concluye Mackey, tendría ahora 65.000 dólares menos por haber publicado esa imagen por su cuenta.
Vía | The Lede