Disponer de buenas fuentes de información es fundamental para el desarrollo del periodismo de investigación. IJNet publica una serie de consejos –originalmente parte de uno de los cursos online de ICFJ Anywhere– para cuidar y mantener esas fuentes:
- “Todo el mundo es una fuente” (Monk Manny’s Guide to Source Development – IRE Tip Sheet). Tener fuentes en puestos de alta responsabilidad es magnífico, pero a veces los datos más valiosos que llevan a la historia principal pueden provenir de fuentes en los niveles inferiores.
- Conocer a las fuentes. Hablar con ellas acerca de cosas no relacionadas con la información. Conocer cosas sobre su vida y encontrar algo en común para charlar, como el equipo de fútbol favorito, un hobby, los niños, las vacaciones…
- Mantenerse en contacto. Llamar de vez en cuando, aunque no se necesite nada de ellas. Pocas fuentes quieren hablar con un reportero que sólo llama cuando hay una crisis. No se trata de ser los mejores amigos, sino de ser amables.
- No mentir nunca a las fuentes y hacerles saber que esperamos lo mismo de ellas. Permitirles también hablar acerca de sus temores y preocupaciones, en relación con la investigación o sobre cualquier otro asunto.
- Investigar siempre a las propias fuentes y pedirles que cuenten cualquier asunto desconocido que pudiera ser utilizado para desacreditarlas después de la publicación del reportaje.
- Contrastar todo lo que cuentan y mantener siempre la pregunta: «¿Cómo saben esto?». Las fuentes a veces mezclan hechos con suposiciones. Algunas pueden exagerar u ofrecer una narración selectiva. Es responsabilidad del reportero verificar sus declaraciones.
- Practicar la «regla de tres». Después de entrevistar a una fuente, preguntarle por otras tres personas con las que se pueda hablar que estén bien informadas acerca de la historia. Repetir el proceso con los tres siguientes. Esto hace que la fuente se sienta valorada y protegida. Y el reportero también desea conseguir tantas voces como sea posible para realizar una investigación exhaustiva.
- Usar fuentes anónimas es controvertido, pero a veces es necesario. Hacer todo lo posible por convencer a las fuentes para aparecer identificadas en el expediente de la investigación. Si no están de acuerdo, asegurarse de que sus razones son lo suficientemente convincentes. Si se llega al compromiso de proteger su identidad, hacerlo con moderación –es necesario estar preparado para ir a la cárcel por proteger a una fuente.
- Después de publicar el reportaje, llamar a todas las fuentes, así como las personas investigadas, y hablar con ellos al respecto. Es una buena manera de mantener las fuentes y fomentar el respeto, incluso entre aquellos que estaban molestos por la investigación.
Imagen | Flickr de snarglebarf