Uno de los términos con que últimamente más nos encontramos en relación con la producción de contenidos es «curación». Una transcripción casi automática del inglés «curation» cuyo significado en español sólo guarda con este último una relativa semejanza en tanto ambos pueden referirse a ciertas labores de conservación. No obstante, como en otros muchos casos de la terminología tecnológica, la «españolización» del término inglés se ha impuesto y del original «content curation» se ha llegado a la «curación de contenidos» de la que, como decimos, tanto se habla actualmente.
No hace mucho, Juan Arellano publicaba aquí un artículo –«Definiendo la curación de contenidos»– en el que analizaba esta nueva disciplina y ofrecía una definición de curación de contenidos:
La curación de contenido se entiende como la capacidad por parte de un sistema o del ser humano de encontrar, organizar, filtrar y dotar de valor, relevancia, significatividad, en definitiva, de utilidad el contenido de un tema específico que procede de diversas fuentes (medios digitales, herramientas de comunicación, redes sociales…).
Esta es, efectivamente, una definición bastante acertada, que viene a añadir detalle a la que, de forma más sencilla, resumiría lo que implica la curación de contenidos: encontrar, seleccionar, organizar y compartir contenidos de relevancia e interés sobre un tema específico.
Desde un punto de vista práctico, podríamos decir que la curación es un paso más en las tareas de agregación que son ya práctica habitual en el seguimiento y presentación de contenidos digitales. La diferencia se encontraría en el proceso de selección de esos contenidos. Mientras la agregación tradicional sólo se cuidaba de reunir contenidos relativos a un tema determinado, la curación filtra esos contenidos y selecciona de entre ellos sólo los mejores o de mayor relevancia para el fin que se persiga.
Así, el «curador de contenidos» se convierte en la persona que separa el grano de la paja y nos ahorra tiempo –o se lo ahorra al cliente– en las a veces tediosas tareas de buceo en el océano de la Red en busca de los contenidos que nos resultan de necesidad. En otras palabras, un especialista en contenidos.
Sobre la figura del curador se ocupa también David Roman en su blog, presentando una pirámide donde la curación se muestra como la etapa final de participación en la Red, justo después de la producción, en una evolución de esa participación compuesta de cinco etapas: consultar, compartir, comentar, producir, curar.
Según esa pirámide, los usuarios comenzamos simplemente consultando los contenidos que se nos ofrecían en la Red para después pasar a compartirlos con otros usuarios, más tarde añadir nuestros comentarios y finalmente producir nuestros propios contenidos. El nuevo paso, culminación de ese proceso, seria la curación, el filtrado y selección eficientes de los contenidos.
En otro orden de análisis, Influential Marketing Blog proponía hace unos meses un acercamiento a la aplicación de la curación en diferentes situaciones específicas y ofrecía cinco modelos potenciales de curación de contenidos como punto de partida para la discusión sobre las posibilidades de esta nueva actividad:
- Agregación — Como acto de reunir la información más relevante sobre un tema específico en una misma localización.
- Destilación — Como forma de realizar la curación en un formato más simple, donde sólo las ideas más importantes o relevantes son compartidas.
- Elevación — Como la forma de curación con la misión de identificar tendencias en pequeñas porciones de información compartidas online (como los tweets).
- Mashup — Como la mezcla de contenidos curados para crear un nuevo punto de vista.
- Cronología — Como la forma de curación que reúne información histórica organizada sobre la base de tiempo para mostrar la evolución en la percepción de un tema en particular.
El análisis y el debate, como con cada nueva forma de interactuación en la Red, están abiertos. Pero algo parece irreversible: la curación de contenidos ha irrumpido con fuerza y está aquí para quedarse.
Imágenes | «Content Curation», word cloud en Wordle / «Curation = stade ultime de l’engagement sur le web», Flickr de Raphaëlle Ridarch