Los últimos días del año son siempre época propicia para hacer balance y recapitular. En este sentido, publicábamos aquí hace un par de días «Los 10 hitos más destacados del Periodismo Ciudadano en 2009», una selección de momentos estelares del periodismo ciudadano durante este año que termina.
Ente esos hitos podemos encontrar más de un ejemplo de lo que se ha dado en llamar periodismo colaborativo, punto de encuentro y colaboración entre el periodismo profesional y el nuevo periodismo ciudadano y opción de futuro para muchos en lo que puede ser la evolución del periodismo en los próximos años.
Uno de los que así lo creen es Andrew Fitzgerald, editor online de Current.com que ha trabajado durante dos años en el programa de periodismo ciudadano de Current, Collective Journalism. Un proyecto que, en palabras del propio Andrew, «combina los informes de los colaboradores ciudadanos para obtener una visión más amplia de los grandes temas».
Current, explica Fitzgerald, se propuso trabajar con su audiencia desde sus inicios en agosto de 2005. La empresa, añade, se fundó con el objetivo de «democratizar los medios», de ofrecer a la audiencia la oportunidad de tener voz en la conversación mediática, hasta ese momento sólo abierta a unos pocos.
Andrew reconoce la crisis que está viviendo el periodismo, y que ha supuesto la pérdida de innumerables empleos en el sector. Pero piensa que, a pesar de esa situación, el momento también representa una oportunidad, la de reconducir la forma de hacer periodismo. Y para él, confiesa, la clave está en trabajar con las audiencias. «Más allá del periodismo ciudadano -dice-, estoy hablando de periodismo colaborativo«.
Para ilustrar esta opinión, Fiztgerald cita algunos ejemplos de medios y proyectos que han explorado el periodismo colaborativo:
- El Huffington Post pidió a su audiencia ayudar con su propia información durante las elecciones de 2008, en un programa llamado «Off the Bus». Construyeron una red de personas que informaron «a pie de calle», aportando historias de sus pueblos y también desde dentro de las campañas electorales. Un modelo similar está siendo desarrollado por ProPublica, una organización sin fines de lucro para el periodismo de investigación, para rastrear el gasto de los fondos de estímulo fiscal.
- Josh Marshall, en Talking Points Memo, destapó uno de los grandes escándalos de la Administración Bush, los politizados despidos del Fiscal General, al pedir a sus lectores que informaran sobre lo que habían visto en los comentarios de su blog. Simple, sin duda, pero resultó eficaz.
- Demotix invita a colaboradores de todo el mundo a aportar imágenes de fotoperiodismo. Han sido capaces de atraer a una amplia gama de talentos, tanto profesionales como aficionados.
- Le Post, un proyecto del diario francés Le Monde, combina artículos profesionales y ciudadanos.
- Ushahidi, una plataforma de software desarrollada durante la violencia tras las elecciones del 2008 en Kenia. Ushahidi invitó a las personas a denunciar los incidentes de violencia de una forma muy fácil, a través de un correo electrónico o un mensaje de texto. El software localiza después los datos en un mapa de Google.
- The Guardian, en el Reino Unido, encontró una manera aún más simple de que su audiencia participara en sus informes. Publicó íntegramente un informe de gastos de los parlamentarios británicos y pidió a sus lectores que lo revisaran para identificar las páginas que necesitaban una investigación más a fondo.
- La CNN también recurrió al periodismo colaborativo. Como cadena que emite las 24 horas, hay dos cosas que necesita: noticias de última hora exclusivas y comentarios sobre las noticias del día. Dos objetivos que han sabido conseguir utilizando su plataforma de periodismo ciudadano IReport.
- Algunos medios incluso invitan a su audiencia a participar con donaciones. Spot.us es una plataforma de periodismo financiado por los lectores, que realizan su aportación para que se desarrollen las historias de su interés.
Como apunta Fitzgerald, estos son sólo algunos casos de periodismo colaborativo. Pero hay más. Y serán aún más, sin duda, los que vayan apareciendo en un futuro.
Las herramientas sociales online hacen cada vez más fácil que los medios involucren a sus audiencias en el proceso de elaboración de noticias. El uso de Twitter como fuente de noticias e ideas aportadas por esas audiencias -algo que ya hacen algunos medios- es un buen ejemplo.
Y, por otra parte, existe un hecho indiscutible: los ciudadanos también tienen ya las herramientas que les permiten informar con inmediatez de lo que sucede a su alrededor. Y lo hacen. También fue en Twitter, mediante una foto tomada con un iPhone y subida a Twitpic, donde se ofreció la primera imagen sobre el amerizaje forzoso de un avión en el río Hudson. Una imagen que después utilizaron los medios profesionales.
No parece pues tan descabellado que, como opina Andrew Fitzgerald, en el futuro del periodismo la variante colaborativa tenga su protagonismo. Aunar siempre da mejores frutos que dividir.
Vía | Promiscuous Intelligence