La muerte del joven Michael Brown a manos de un agente de policía en Ferguson, un suburbio de la ciudad de San Luis, Misouri, se ha convertido en una nueva prueba del valor que el periodismo ciudadano ha adquirido como herramienta de denuncia social.
El tiroteo del joven de 18 años el pasado 9 de agosto, ha provocado una ola de protestas y disturbios cuando todavía está en el aire la muerte del menor Trayvon Martin en 2012, a manos de un vigilante vecinal. El caso de Martin se suma ahora al de Michael brown en un apasionado debate entre la comunidad negra en EE.UU., sobre la violencia de la policía y la discriminación racial.
Dos grandes expertos en la materia como son Dan Gillmor, @dangillmor, profesor y periodista, considerado el «padre del periodismo ciudadano», y el también periodista y experto en tecnología y nuevos medios, Mathew Ingram, (@mathewi), destacaban en estos días cómo las revueltas de Ferguson, ponen de manifiesto el poder de la información ciudadana.
Ingram destaca especialmente, desde GigaOm, el valor del contenido ciudadano difundido a través de las redes sociales, como herramienta de «control sobre el poder administrativo». Twitter ha vuelto ha convertirse en la red social más destacada a la hora de informar en tiempo real de la violenta respuesta de la policía local tras las protestas civiles en Ferguson, el pasado miércoles. La actuación policial tiene ahora entre sus objetivos a los periodistas ciudadanos e incluso periodistas profesionales, que tratan de denunciar con sus teléfonos móviles este tipo de abusos, algo que según Ingram, atenta directamente contra la Primera Enmienda. Este tipo de actuaciones, afirma:
revela los abusos contra la Primera Enmienda como el desmantelamiento de las cámaras y otros equipos utilizados por los medios de comunicación, o la detención de personas por la grabación de las actividades de la policía, que como mi colega Jeff Roberts señala es ilegal, a pesar de lo que las fuerzas policiales en todo el país parecen creer (o quieren creer).
La necesidad de los ciudadanos de denunciar las violaciones de sus derechos fundamentales a través de grabaciones en vídeo y fotos, se ha convertido en un tema controvertido, de ahí que Ingram destaque la rotunda defensa del periodismo ciudadano del juez de la Corte de Apelaciones, Kermit Lipez, como un fenómeno que «debe ser protegido por la Primera Enmienda», una decisión que dictó en 2011 al encontrar a la policía de Boston culpable de violar los derechos de un hombre que grabó en vídeo la agresión contra un manifestante:
«Los cambios en la tecnología y la sociedad han hecho que las líneas entre ciudadano y periodista sean muy difíciles de dibujar. La proliferación de dispositivos electrónicos con capacidad de grabación de vídeo significa que muchas de las imágenes de los acontecimientos actuales provienen de los espectadores [y] las noticias ahora tiene las mismas probabilidades de ser descubiertas por un blogger en su ordenador como por un reportero en un periódico importante. Estos acontecimientos dejan claro por qué la protección de la recopilación de noticias de la Primera Enmienda no puede activar la necesidad de credenciales o de un estatuto profesional «.
Pero no solo los ciudadanos han tenido que defender su derecho a grabar este tipo de actuaciones con sus cámaras, sino que periodistas profesionales de los principales medios impresos del país, entre los que se encuentran: @WesleyLowery del Washington Post y @RyanJReilly del Huffington Post – «fueron detenidos o arrestados por la policía mientras trabajaban», a pesar de que los dos periodistas fueron liberados más tarde sin cargos formales.
Tim Pool, @Timcast, periodista independiente de Chicago (Illinois), fundador de Timcast.tv, conocido por su retrasmisiones de acontecimientos tan significativos como los disturbios del movimiento Occupy Wall Street o las protestas de 2013 en Estambul, El Cairo y Brasil, realizadas con Gloogle Glass para la plataforma VICE News, de la que también os hemos hablado en PC. Pool ha tenido que enfrentarse a la represión policial en Ferguson como denuncia en este tuit en el que señala cómo un policía le arebató su acreditación de prensa:
Earlier tonight an officer ripped my Press patch from my vest in #Ferguson http://t.co/3FOSQ4v5jC
— Tim Pool (@Timcast) agosto 19, 2014
Una vez más, en el medio de este caos Twitter se ha convirtido en: «uno de los pocos lugares donde se puede obtener la cobertura en tiempo real de los hechos, incluyendo los ataques a los medios de comunicación.» (Puedes echarle un vistazo al interesante post de Ingram sobre el uso de Twitter frente a Facebook durante la información de los disturbios.)
Este gráfico muestra la intensa actividad de la red social durante los disturbios minuto a minuto durante 12 horas ininterrumpidas:
Profile of a social media phenomenon. Minute by minute tweets about #Ferguson in the last 12 hours. pic.twitter.com/RnZ67BdxDl — Patrick Ruffini (@PatrickRuffini) agosto 14, 2014
Por su parte Dan Gillmor, destaca en The Guardian el incuestionable valor de las fotos y vídeos enviados por la ciudadanía a través de las redes sociales. Antes incluso que los periodistas decidieran informar de lo sucedido, señala, un usuario de Twitter @TheePharaoh, publicaba fotos de lo sucedido inmediatamente después de que el oficial de policía Darren Wilson, disparase contra el desarmado Michael Brown.
@TheMentalist__ pic.twitter.com/qSNSpnpi5l — Bruh. (@TheePharoah) agosto 16, 2014
Gilmor destaca también la actuación de Antonio French, concejal en las cercanías de St Louis, detenido y liberado el pasado miércoles por la noche, tras requisar el móvil con el que había denunciado las protestas masivas y pacíficas que se estaban viviendo en la calles.
Estos son algunos de los numerosos vídeos que puedes ver en el canal de Vine de Antonio French:
Al menos 74 personas han sido arrestadas en las manifestaciones, según informaron funcionarios de la cárcel del Condado de Saint Louis, desde el lunes.
Este es el vídeo de la cámara de vigilancia en el que, supuestamente, el joven Michael Brown coge el paquete de cigarrillos que ocasionó la mortal agresión.
Como Gillmor destaca, estas revueltas han vuelto a poner de manifiesto la necesidad de colaboración entre periodistas ciudadanos y profesionales y el valor de este tipo de documentos para denunciar y porteger nuestros derechos fundamentales:
los videos, blogs, tweets y fotos de French y otros sobre el terreno han complementado la labor de los periodistas tradicionales – y nos han recordado lo que se está convirtiendo en un deber cívico en la América de hoy.
Uno de los aspectos fundamentales en los que tanto Ingram como Gillmor coinciden es la necesidad de proteger el derecho de los ciudadanos a grabar las actuaciones de la policía en espacios públicos como un derecho fundamental recogido en la Primera Enmienda. Gillmor habla de una creciente “war on photography”, («guerra contra la fotografía»), que califica de «flagrantemente inconstitucional».
Imágen: Steven Sweetleaf en Flickr bajo licencia CC – inleaguepress.com