Encarcelado y sin acceso a tratamiento médico, esta es la situación en la que se encuentra el periodista ciudadano Lu Yuyu, quien, según uno de los últimos informes recibidos sobre su estado de salud, sufre una severa depresión.
Lu Yuyu fue condenado en 2017 a cuatro años de cárcel por «causar disturbios», RSF afirma que esta suele ser una acusación usada con frecuencia por las autoridades para silenciar a los críticos con el régimen. Esta detención tuvo lugar en agosto de 2017, Lu fue sentenciado por el Tribunal Popular de Dali en la provincia de Yunnan. El abogado de Lu, Xiao, calificó la sentencia de Lu como «irrazonable» en una entrevista con Radio Free Asia.
#China sentences journalist #LuYuyu to four years in prisonhttps://t.co/fVdAX8AyAl
— Committee to Protect Journalists (@pressfreedom) August 4, 2017
RSF solicita su inmediata puesta en libertad, así como la de todos los periodistas y blogueros encarcelados en china. Cédric Alviani, responsable de la oficina de Asia del Este de Reporteros sin Fronteras denuncia:
Impidiendo a Lu Yuyu el acceso a la asistencia médica que necesita, las autoridades chinas están inclumpliendo sus propios códigos de procedimientos criminales, específicamente aquellos que garantizan los derechos médicos de los detenidos en el artículo 265.
De nada ha servido el reconocimiento internacional de Lu Yuyu, galardonado en 2016 con el Premio RSF a la Libertad de Prensa, en la categoría específica dedicada al periodismo ciudadano, por haber documentado los movimientos sociales y las manifestaciones obreras en China, uno de los principales temas tabú del gobernante Partido Comunista. El 15 de junio de ese mismo año, Lu Yuyu y su compañera Li Tingyu, dejaron de emitir información de forma repentina como consecuencia de su arresto. Permanecieron incomunicados durante más de tres semanas antes de poder hablar con abogados acusados de perturbar el orden público por documentar sistemáticamente huelgas y manifestaciones en toda China. Según RSF:
Solo Li Tingyu salió en libertad bajo fianza. Lu Yuyu recibió malos tratos anteriormente cuando estaba bajo custodia y presentó una queja por torturas en 2016.
Desde el CLB, China Labour Bulletin, destacan el valor incalculable del trabajo realizado por este periodista ciudadano:
La mayor fuente de información del mundo sobre las luchas de los ciudadanos chinos se perdió ese día.
Lu Yuyu, nació en Zunyi, Guizhou y en 1979, se graduó en la universidad. Este activista chino ya había sido detenido en abril de 2012, por la policía de Shanghai que le retuvo durante 10 días. Desde octubre de ese año y según explicaba en una entrevista de 2014 en Foreign Policy, Lu había estado recopilando información sobre toda clase de protestas, desde la expropiación de territorios, atrasos salariales, corrupción oficial o contaminación ambiental, en plataformas de redes sociales chinas. Para ello contaba con la colaboración de otros periodistas ciudadanos y testigos que trataban de llamar la atención pública. Verificaba las fotos, los vídeos y el texto y después publicaba estos informes sobre estas protestas en su blog Not News y en su cuenta en Twitter, (@wickedonnaa). Además, informaba periódicamente sobre estadísticas relacionadas con estas manifestaciones.
Como os hemos comentado en numerosas ocasiones, es en estos regímenes especialmente represivos y dictatoriales en donde la labor de los periodistas ciudadanos es más importante para salvaguardar el derecho de la ciudadanía la libertad de expresión. Esta labor es especialmente compleja en China, considerada la mayor cárcel del mundo para toda clase de informadores, tanto ciudadanos como profesionales. En la actualidad ocupa el puesto 177 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros sin Fronteras.
https://twitter.com/RSF_esp/status/1203032845029191680?s=20