Según «Libertad de prensa: el año 2008 en cifras», balance anual de Reporteros Sin Fronteras, el año que ha terminado ha sido mejor en cifras que los anteriores, pero eso no significa que haya mejorado en el mundo la situación de la libertad de prensa.
Dice el informe que la represión se está trasladando a Internet, y que el aumento de la influencia y potencialidades de la Red y la envergadura mundial que va adquiriendo la blogosfera traen también consigo una mayor vigilancia de algunos gobiernos que ya tenían fuertes tendencias en materia de seguridad.
En este apartado, comienzan destacando el asesinato de Wei Wenhua (en la foto):
Por primera vez, en 2008 mataron a un hombre cuando efectuaba un trabajo de «periodismo ciudadano»: al empresario chino Wei Wenhua le golpearon hasta matarle unos oficiales municipales («chengguan») el 7 de enero, después de que grabara un altercado con manifestantes en la ciudad de Tianmen (provincia de Hubei).
Y continúan detallando el estado mundial de la censura y la represión en Internet:
En treinta y siete países se han verificado actuaciones de censura en la Web, sobre todo en China (93 sitios censurados), Siria (162 sitios censurados) e Irán (38 sitios censurados). Pero tampoco las democracias se quedan cortas en lo que se refiere a la vigilancia y represión del Net: en Tailandia o Turquía, los tabúes del rey o el ejército son tan pertinaces que la policía vigila y castiga cada vez más a los usuarios poco delicados del ciberespacio. Los sitios de vídeos compartidos, como YouTube o Dailymotion, han sido uno de los objetivos preferidos de los censores oficiales. Cada vez son más frecuentes los bloqueos y filtrados en el momento en que tal, o cual, autoridad considera «ofensivo» alguno de sus contenidos.
Esa reacción epidérmica de algunos gobiernos hacia los sitios «colectivos» empieza a generar fenómenos de «censura masiva», sobre todo en las redes sociales. La censura de un sitio como Twitter (en Siria) o Facebook (bloqueado en Siria y Túnez, filtrado en Turquía y en los Emiratos Arabes Unidos) tiene como consecuencia una cascada de bloqueos que, si se añaden a las medidas habituales de control, multiplican el resultado por diez.
La cárcel es, en fin, la respuesta cada vez más frecuente de los gobiernos a las críticas formuladas en los blogs. En China detuvieron a diez ciberdisidentes, a 31 les agredieron o amenazaron y la justicia dictó condenas para al menos tres. En Irán, Reporteros sin Fronteras ha contabilizado dieciocho detenciones, 31 agresiones y diez condenas. En Siria (8 detenciones, 3 condenas), Egipto (6 detenciones) o Marruecos (2 detenciones, 2 condenas), la libre expresión en Internet resulta muy problemática. La máquina de triturar la libertad en Internet fue particularmente severa en Birmania, donde la Junta hizo que condenaran, en condiciones vergonzosas, al blogger y actor Zarganar y al joven ciberdisidente Nay Phone Latt, a penas de cárcel increíblemente graves (59 años para el primero, 20 años para el segundo). Estos dos hombres se han sumado a los muchos otros presos políticos birmanos, 16 de los cuales son periodistas.
En su análisis, RSF concluye que la Red se está convirtiendo «en el campo de batalla de ciudadanos con espíritu crítico o de periodistas censurados; y justamente por eso representa una amenaza para los poderosos, acostumbrados a gobernar a su antojo, y con toda impunidad».
Tablas y comparativas de cifras y enlaces a los resultados de años anteriores en la página del informe.
Vía | Blog y Medio