A partir del próximo 1 de julio, los fabricantes de ordenadores que quieran vender sus productos en China deberán preinstalar en ellos un software de filtrado de contenidos, según una directiva publicada por el gobierno de ese país.
Ese software, de nombre «Green Dam Youth Escort», ha sido desarrollado por el Green Online Filtering Software Project Working Team, un grupo de trabajo creado en julio de 2008 entre las compañías Beijing Dazheng Human Language Technology Academy y Jinhui Computer System Engineering bajo los auspicios del gubernamental Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información (MIIT).
En la teoría, el objetivo de ese software sería bloquear el acceso a páginas de Internet que se consideren dañinas o perniciosas, como sitios de pornografía, por ejemplo. Pero el temor es que no sea mas que una herramienta de refuerzo para las habituales prácticas censoras del gobierno chino, comprobadas una vez más, hace apenas unos días, con ocasión del 20º aniversario de la matanza de Tiananmen.
De acuerdo con informaciones del MIIT, ese software estaría ya instalado en 2.170.000 ordenadores en el 80% de las escuelas chinas. Pero la idea es que cada ordenador existente en el país que se conecte a Internet pueda ser monitorizado por ese programa, que conecta automáticamente con una base de datos de las autoridades chinas, desde la que se impediría el acceso a las webs bloqueadas por el gobierno.
El problema es que el ámbito de lo considerado dañino por ese gobierno no se limita a los contenidos para adultos o los juegos excesivamente violentos. Un análisis del software «Green Dam Youth Escort» realizado por expertos de la Universidad de Michigan ha revelado que filtra también contenidos políticos. Lo que evidencia el afán censor de las autoridades chinas más allá de esa declarada intención de mantener una Internet limpia y saludable.
Aparte de esto, por añadidura, el análisis también ha descubierto que el programa presenta vulnerabilidades de seguridad que facilitan el acceso remoto a los ordenadores en que esté instalado.
No hace falta decir lo que esa directiva significa para bloggers y periodistas, profesionales o ciudadanos, y en general para los defensores de la libertad de expresión en China.
Lo que aún está por verse es la respuesta final de la industria del hardware que exporta sus productos a China. De momento, asociaciones de ese sector en Estados Unidos han publicado un comunicado en el que instan al gobierno chino a reconsiderar la implementación de ese software e iniciar un diálogo con la industria para llegar a un acuerdo razonable.
Pero, de seguir China en sus trece, ¿renunciará esa industria a un mercado en el que se venden 40 millones de ordenadores al año?
Todo puede suceder. Compañías como Google, Yahoo o Microsoft, que en otro tiempo no tuvieron reparos en colaborar con la censura china, se encuentran ahora entre las empresas y organizaciones que se adhieren a los principios de la Global Network Initiative.
Esperemos que la industria del hardware considere también esos principios -en pro de la libertad de expresión, la privacidad y las prácticas empresariales responsables- como algo que es necesario defender.