Los Premio Polk reconocen el valor informativo del periodismo ciudadano frente a los medios tradicionales

La semana pasada, el reconocido certamen periodístico George Polk, premiaba por 1ª vez en la historia de estos premios, un vídeo ciudadano, grabado por una persona anónima.

Se trataba del vídeo de la muerte de Neda Agha Soltan, la joven estudiante, asesinada en una de las manifestación celebradas en  Teherán tras la cuestionada victoria de Mahmud Ahmadinejad. El Vídeo de Neda se convirtió en todo un ejemplo de periodismo ciudadano y en símbolo de las protestas de los reformistas en Irán.

Según informa el New Yorkk Times, «el vídeo fue subido a Internet por un hombre de 36 años, originario de Irán, que vive en los Países Bajos. Tras enterarse de la concesión del premio la semana pasada, el hombre dijo que estaba orgulloso de que el vídeo haya «concentrado la atención del mundo en Irán y los iraníes, con su protesta y su forma de expresar».

Los responsables del Premio George Polk, afirman que este galardón trata de «reconocer el papel de los ciudadanos en la difusión de imágenes y noticias, especialmente en épocas de agitación cuando los periodistas profesionales se enfrentan a restricciones, como ocurre en Irán«. Nunca habían otorgado, hasta el momento, un premio a una obra anónima.

Este vídeo ha pasado a ocupar un lugar clave en la historia del periodismo ciudadano que, gracias a este reconocimiento, consigue legitimarse en el nuevo entramado de los medios de comunicación actuales. John Darnton, miembro de los premios Polk y ex reportero y editor de The New York Times, ha reconocido que este vídeo: «Se convirtió en un importante elemento informativo en sí mismo». De hecho, la fuerza de este material dio lugar a la creación de una nueva categoría en estos premios, «videografía», que reconoce los esfuerzos de los responsables de la grabación.

La cadena de personas que ayudaron a difundir este vídeo mundialmente, mostró la erosión de muchas de las fronteras de los medios tradicionales. El médico que envió el vídeo por correo electrónico a varios conocidos fuera de Irán, lo hizo con la esperanza de que sería capaz de evitar los filtros de Internet en el país para subirlo posteriormente, a sitios web como YouTube.

La primera persona en subir el vídeo, según la búsqueda realizada por el New York Times, fue la del hombre iraní, que pidió mantenerse en el anonimato para proteger a sus amigos y familiares en Irán. Él habló por teléfono y correo electrónico, y aportó una copia al New York Times del mensaje original de correo electrónico enviado por este médico. Ese mensaje fue enviado a otras cinco personas, y dos de ellas confirmaron que también lo habían recibido.

Steve Grove, jefe de noticias y política de YouTube, dijo que el vídeo de Agha-Soltan fue «instantáneamente fragmentado en cientos de re-Cargas». En cuestión de horas, las copias de los dos vídeos fueron vistos por millones de personas.

Otro vídeo más corto fue grabado por una segunda persona y luego cargado por un usuario de YouTube en Canadá, que en junio pidió no ser identificado.

Todas las personas implicadas eran conscientes de la reacción del mundo frente a estas imágenes. Según el NYT: «El responsable del vídeo está en activo y apoya el movimiento de oposición iraní y afirma: «Este procedimiento requiere tiempo y tenemos tiempo». «Quiero que el resultado sea un régimen donde no hay violencia, donde hay libertad de expresión y libertad después de la expresión».

Vía/ nytimes Foto: Flickr GusEds.

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