A causa del bloqueo estadounidense, Cuba sólo puede conectarse a Internet vía satélite, lo cual reduce drásticamente el ancho de banda y encarece el tráfico de información. Pero esto podría cambiar con el tendido de un cable submarino de fibra óptica desde Venezuela, proyectado para comienzos de 2010.
«Lo más difícil es conseguir una conexión a Internet», reconoció Roger Trabas, programador autodidacta y autor del sitio titulado Kilómetro Cero. La mayoría de los blogueros cubanos deben acceder a la red desde su trabajo, dificultad a la que se suma la lentitud de la conexión.
Según la Encuesta sobre Acceso a Servicios Seleccionados de Información y Comunicación de 2007, de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), sólo 5.2 % de las personas consultadas usaron el ordenador desde su casa, mientras 88.8 % lo hacía en centros de trabajo o estudio. Esa desproporción podría responder al modelo de «informatización de la sociedad» establecido por el gobierno, que prioriza el acceso a las nuevas tecnologías informáticas y de la comunicación en centros científicos, educacionales, instituciones culturales y organismos estatales, por encima del uso individual.
A pesar de las dificultades, los blogueros cubanos siguen tratando de superar las dificultades y promover iniciativas como el 1º Encuentro «Bloggers por Cuenta Propia», organizado por Trabas junto al empresario y «bloguero» francés David Chapet.
«Es muy interesante que se desarrolle en Cuba el fenómeno del periodismo hecho por la gente, porque se está dando hace mucho tiempo a nivel internacional», señaló a IPS Anidelys Rodríguez, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
Rodríguez, a cargo de una asignatura de periodismo digital, considera el auge de este «periodismo ciudadano» como un modo de presión sobre los medios tradicionales para que mejoren la calidad de su propuesta informativa y amplíen las agendas temáticas.
«Es importante en Cuba que la gente cuente y hable sobre el país desde sus propias vivencias, desde lo que siente y no a partir de la visión tan especializada de los medios de comunicación cubanos, que tienen una agenda e intereses específicos no siempre coincidentes con los de las personas«, afirmó este bloguero «por cuenta propia», de 34 años.
Vía | jornada.unam.mx