Global Voices Advocacy continúa acercándonos las voces de los blogueros que se enfrentan a dificultades relacionadas con la libertad de expresión en sus países. Aunque la blogosfera árabe comenzó el año con mejores perspectivas, la situación aún es complicada. El primer medio ciudadano en árabe, Wasla, es una señal de apertura interesante.
Bashir Hazzam, es un blogger marroquí encarcelado junto a Abdullah Boukfou, propietario del cibercafé que frecuentaba y desde el que Hazzam difundió el vídeo estudiantil de la marcha pacifista en protesta por «la difícil situación y la falta de infraestructura docente» a la que se enfrentan estos jóvenes, a principios de diciembre del 2009. Según nos cuenta Global Voices Advocacy:
los bloggeros, fueron arrestados y acusados de «publicar información falsa perjudicial para la imagen del país en materia de derechos humanos». Se produjo una campaña en Internet, apoyada por las llamadas de organizaciones internacionales de derechos humanos para liberar a Bashir y sus colegas. Sin embargo, un tribunal de la vecina ciudad de Guelmim condenó al blogger a 4 meses de cárcel, mientras que sus compañeros de prisión fueron condenados a penas aún más duras.
Bashir fue puesto en libertad el 8 de febrero de 2010, dos meses después de su detención y ahora habla, en una entrevista personal, sobre su experiencia.
Descubrí el mundo de los blogs cuando era un estudiante: me encontré con una serie de blogs y me di cuenta de que el blogging permite a las personas a publicar sus ideas con facilidad, sin control y de forma gratuita. Me gustó tanto la idea que, una breve investigación, me llevó a crear mi propio blog en la página web de publicación de blogs árabes Maktoob. Eso fue el 1 de septiembre 2007. Decidí llamarle Al-Bushra (La Buena Nueva). Mi primer post fue titulado: «Las promesas electorales: realidad o ficción.» Por cierto, fui interrogada por la policía sobre el contenido de este artículo cuando fuí detenido en diciembre pasado.
La blogosfera me permitió intercambiar puntos de vista e ideas y comunicarme con muchos bloggers y escritores de todo el mundo. Esto tuvo un impacto positivo en mi vida.
Bashir habla de su «total dasacuerdo» con los motivos alegados para su detención ya que, mientras las autoridades afirmaron que lo habían hecho por publicar «información falsa perjudicial para la reputación de Marruecos», el Tribunal decidió que la declaración era inofensivo y le absolvió de este cargo específico.Bashir argumenta:
Creo que la razón de mi detención era imponer un bloqueo informativo en torno a los hechos ocurridos en Tarhjicht, después de la intervención violenta de las fuerzas de seguridad contra estudiantes desarmados y del posicionamiento de la población a su favor. Ellos están tratando de impedir que la verdad sea filtrada al público.
Sobre la situación actual de la blogosfera marroquí Bashir afirma:
La libertad de expresión en nuestro país está cayendo en picado y se encuentra en constante deterioro. Las cifras de las organizaciones internacionales apoyan esta afirmación, la colocación de Marruecos con países con menor respeto por la libertad de expresión. La realidad respalda esta percepción con una sucesión de detenciones y juicios de muchos bloggers, periodistas, activistas de derechos humanos y personalidades de la oposición, acosados por sus puntos de vista. En cuanto a la libertad a través de Internet, el estado cada vez quiere imponer su control. Esto ha sido evidente después de los ataques sufridos por los bloggers y la última detención, hace un par de semanas, de un diseñador web, Abdellatif Ouiass, creador de la página web «El Mejor Jefe de Estado del Mundo», aunque desde entonces ha sido puesto en libertad libertad bajo fianza.
Bashir aprovecha esta entrevista para animar a todos los blogueros y periodistas ciudadanos a usar la red para luchar contra la censura en el mundo.
Me gustaría invitar a la gente a aprovechar las tecnologías que ofrece Internet para poner de relieve sus habilidades y talentos, y expresar sus ambiciones y aspiraciones a través de blogs, con el fin de romper la marginación sistemática impuesta por los Estados autoritarios, especialmente en la juventud.