Editores de la prensa y sociedades de gestión podrían ver satisfechas sus demandas contra Google por enlazar gratuitamente sus noticias. Reclaman que el gigante de Internet pague un canon por publicar titulares y descripciones de noticias procedentes de diarios nacionales en su plataforma Google News. En su protesta alegan una pérdida de visitas a sus webs y en consecuencia, una reducción de los ingresos publicitarios en los que se sustenta gran parte de su financiación. Siguen la argumentación aduciendo que los lectores, con la herramienta de noticias de Google, tienen suficiente con leer titulares y las breves descripciones rehusando acceder a los enlaces primarios.
Por primera vez, nuestros medios estarían cerca de hacer realidad sus peticiones. La causa de esta victoria se encontraría en la posibilidad de acogerse a la primera enmienda adicional del actual anteproyecto de reforma de Ley de Propiedad Intelectual. Esta disposición, que fue redactada de forma posterior al primer borrador, establece lo siguiente:
Es decir, asume que avances relacionados con las TIC («las posibilidades ofrecidas por los desarrollos tecnológicos») ponen en peligro los derechos de propiedad intelectual y, por ello, deja vía libre a la imposición de una contraprestación que reparase tales derechos.
No hay que olvidar que no es el primer enfrentamiento de nuestra prensa contra la empresa norteamericana. En 2011 la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) se unió a las denuncias de la Comisión Europea contra Google por «abuso de su posición dominante» a la hora de publicar contenidos libremente, sin retribución a los editores. En concreto, la AEDE valoraba este hecho como un atentado contra el artículo 102 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Dicho artículo dice textualmente: «Será incompatible con el mercado interior y quedará prohibida, en la medida en que pueda afectar al comercio entre los Estados miembros, la explotación abusiva, por parte de una o más empresas, de una posición dominante en el mercado interior o en una parte sustancial del mismo».
En un primer momento, la respuesta de Google fue establecer la posibilidad de que las páginas que lo solicitasen expresamente puedan hacer uso del servicio opt-out que consiste en no mostrarlas como resultados, o dicho de otra manera, la oportunidad no ser incluidas en el motor de búsqueda. Sin embargo, para los reclamantes, esta no sería la solución adecuada y les perjudicaría de la misma forma que la «violación» de sus derechos de propiedad intelectual.
También hay que recordar que tampoco es España el único país que ha ejercido presiones de forma individual. Los primeros medios en demandar esta remuneración fueron belgas. Desde 2006 hasta 2012 mantuvieron disputas con el buscador que tuvieron como resultado sentencias a favor de la prensa nacional y la retirada masiva de contenidos por parte de Google. Los enfrentamientos terminaron en diciembre del 2012 con un acuerdo firmado por ambas partes. La solución no consistió en el pago de un canon, sino en el compromiso de desarrollar una serie de estrategias conjuntas para dar mayor difusión a los contenidos originales.
En Francia triunfaron los medios con un histórico acuerdo entre el propio gobierno francés y la empresa norteamericana. El acuerdo se basó en el pago de 60 millones de euros a la prensa francesa por la publicación de sus contenidos en la Red. A su vez, el presidente de Francia, Françoise Hollande, afirmó que todo lo recibido sería destinado al impulso de los medios de comunicación en Internet.
Mucho más radical fue la prensa brasileña que actuó de forma independiente del gobierno. En octubre del pasado año, más de 145 periódicos retiraron sus contenidos de Google News. Esta medida fue aplicada tras el fracaso de la tomada en 2012. En este primer momento se decidió que la herramienta de Google solo incluyera la primera línea de las noticias publicadas en cada uno de los medios del país.
El gobierno alemán, después de implicarse directamente tras las peticiones de los editores de prensa del país, decidió crear una ley por la cual se vería reconocido el derecho de estas editoriales a recibir compensaciones de los agregadores de noticias. La norma fue definitivamente aprobada el 1 de marzo de este mismo año por el Bundestag alemán. Sin embargo, suscitó polémica por la precipitación y la ambigüedad con la que fue hecha. Aunque afirma la necesidad de esta contraprestación económica, plantea como excepción «palabras sueltas o extractos mínimos», sin concretar a qué se refiere. Google, por su parte , reaccionó y creó el lema «Defiende tu red» en una campaña que animaba a los usuarios a protestar contra la mencionada ley que todavía estaba siendo debatida por la comisión parlamentaria.
Tras este repaso sobre los diferentes enfrentamientos con el gigante de Internet por derechos de propiedad intelectual y remuneración, se nos pueden plantear muchas dudas.
Por una parte, debemos cuestionarnos si la intención de los editores es realmente la protección de estos derechos o bien buscan otra vía para obtener ingresos. Precisamente por esta razón en Alemania, tras la aprobación de la ley, hubo numerosas peticiones para que parte de estos ingresos acabara en manos de los autores de los textos enlazados (verdaderos generadores de este derecho de propiedad intelectual).
De otro lado, tal como argumenta Google, cabe preguntarnos si estos agregadores de noticias ayudan realmente a dar publicidad a los artículos en lugar de restar lectores. Como cualquier usuario puede comprobar, es cierto que Google News no incluye titulares completos si son muy largos y apenas las primeras dos frases de enlace referido. ¿De verdad nos conformamos con leer así las noticias?
Además, debemos tener en cuenta que en todas las noticias aparecidas en estas plataformas se incluye la fuente de la que proceden así como el autor de la misma, si se encuentra especificado dentro de la página web original.
Por tanto, ¿hasta qué punto Google supone una amenaza para los editores de prensa online? No hay que obviar que quizás sea esta una guerra de los grandes medios y sus tradicionales pensamientos. En primer lugar, medios más pequeños (como los regionales) perderían gran cantidad de lectores que no tienen el hábito de visitar sus portales. Pero también es muy posible que el problema resida en que los grandes de la prensa no han entendido la mentalidad que impone el mundo online. ¿De verdad piensan que el usuario acudirá a su medio con la fidelidad del lector que compra el periódico en el quiosco?.