Josh Wolf, el bloguero encarcelado en Agosto de 2006, por negarse a entregar a un juez federal de los EEUU un vídeo ciudadano de disturbios callejeros ha sido puesto en libertad tras llegar a un acuerdo con el fiscal (más antecedentes del caso aquí).
En sus primeras declaraciones públicas, Wolf ha desvelado nuevos detalles del proceso: «al contrario de lo que la opinión pública conoce, este embrollo legal no se gira en torno a una cinta de vídeo (…) las cosas no siempre son lo que parecen. La realidad de esta investigación es mucho más profunda y perversa de lo que aparenta».
«Se me ordenó entregar al juez la grabación íntegra, pero también fui llamado a declarar ante el gran jurado, bajo secreto de sumario. Si bien creo que la grabación original debe ser protegida frente a las exigencias del Gobierno, fue dicho llamamiento a declarar lo que me pareció una mayor agresión a mis derechos y a mi ética, tanto como ciudadano como periodista.»
«Como no había nada sensible ni confidencial en el vídeo, yo no tenía inconveniente en hacerlo público una vez se hubieran agotados mis recursos legales. Cuando llegó ese momento, (…) el fiscal contestó que sólo aceptaría un cumplimiento íntegro de los términos del requerimiento. Sin embargo, las cosas cambian. Cuando el juez se dio cuenta del creciente apoyo que estaba recibiendo mi causa (…) ordenó a las partes que se reunieran para buscar una solución viable para ambos. (…) al final alcanzamos un acuerdo que no sólo deja mi ética intacta, sino que presta un servicio al papel de la prensa libre en nuestra así llamada sociedad libre».
En declaraciones a las puertas de la prisión, Wold añadió que «la misión del periodista es llevar la verdad a la gente». «Los periodistas tienen que mantenerse completamente independientes de la acción policial». «De lo contrario, la gente nunca confiará en los periodistas».
En respuesta a quienes cuestionan que un periodista ciudadano tenga los mismos derechos que uno profesional, Wolf dijo: «El Gobierno no debería ser el que decida quién es periodista y quién no«.
Preguntado sobre sus 226 días en prisión (récord de permanencia entre rejas de un periodista en EEUU por negarse a colaborar con la justicia) Wolf afirmó: «Sin lugar a dudas valió la pena. Lo volvería a hacer de nuevo».
Vía | Blog de Josh Wolf, SF Gate