A día de hoy una gran mayoría conoce el auge que está teniendo el periodismo Drone que hace uso de vehículos aéreos no tripulados, y las posibilidades que ofrece dentro del mundo comunicativo. Desde Periodismo Ciudadano hemos sido constantes a la hora de iros introduciendo en las funcionalidades de estos aparatos, pero también de los debates que suscitan.
Uno de estos debates es precisamente el de su regulación porque, como casi siempre, la innovación va por delante de la ley. Las virtudes son notables tal y como os hemos ido desgranando, por lo que ayudan a cubrir situaciones que de otro modo permanecerían ocultas a los ojos de los ciudadanos. Ante esta posibilidad, muchos se sienten molestos, y otros, confundidos por las posibilidades ajenas al mundo informativo que se le pueden dar a estos artilugios voladores (véase su utilización durante la ofensiva israelí contra Gaza).
Matthew Waite contaba en declaraciones para World Editors Forum (WEF) la importancia de contar con la existencia del periodismo Drone a la hora hacer leyes sobre el uso de estos dispositivos. Solo así, podría asegurarse que su futura regulación tenga en cuenta cuestiones como la libertad de prensa. Recordemos que Waite es el fundador de Drone Journalism Lab, un laboratorio de la Universidad de Nebraska mediante el cual los estudiantes crean plataformas de aviones no tripulados e investigan todas las implicaciones de su uso dentro del periodismo.
Sin embargo, el vacío legislativo sigue siendo el panorama predominante en la mayoría de los países de todo el mundo. No hay un acuerdo global y las normas, normalmente impuestas por las autoridades de aviación civil de cada país, cambian con bastante frecuencia. Bueno es el símil que hizo Justin Arenstein al respecto en una conferencia de WEF. En ella comparaba cowboys con los periodistas que los utilizan en este momento, pues viven sin leyes ni límites en la mayor parte de los casos,
EE.UU, restricciones y desafíos
En EE.UU la Administración Federal de Aviación (FAA), aunque sin una ley específica, establece claramente la prohibición de usar aviones no tripulados de uso recreativo (por ciudadanos) a más de 400 pies de altura y cerca de zonas pobladas.
Esta organización llegó a multar al fotógrafo Raphael Pirker que utilizó uno de estos dispositivos en 2011 y que debía abonar en consecuencia 10.000 dólares de multa. Más de una docena de medios se aliaron para desafiar la medida y mostraron su apoyo a Pirker a quien finalmente un juez dio la razón y le retiró la multa este mismo año. Para los medios de comunicación se trata de una prohibición que atenta contra la Primera Enmieda, mientras que para la FAA estos artilugios suponen una amenaza a la seguridad que hay que controlar.
La negativa a esta toma de imágenes áreas se puso de manifiesto en ocasiones anteriores. Como ejemplos que ya os hemos relatado desde PC, el cierre del espacio aéreo de Nueva York durante el transcurso de las protestas del movimiento Occupy Wall Street. Más reciente fue la manifestación del estado de Texas con respecto al tema, en septiembre del pasado año creaba una ley estatal que penaba el uso de Drones por parte de ciudadanos (multas de hasta 500 dólares), quedando exentos policías, investigadores y estudiantes. En junio, se prohibían en parques nacionales por sus presuntas molestias a los visitantes.
Pese a que el Gobierno norteamericano ordenó la creación de una legislación detallada que tenía previsto completarse en 2015, todavía no se vislumbra ninguna fecha concreta.
España, intento de poner orden
Hace unos meses, concretamente en abril, os dábamos a conocer el comunicado de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) que manifestaba su postura. Dicho texto indicaba lo siguiente: ‘’No está permitido, y nunca lo ha estado, el uso de aeronaves pilotadas por control remoto con fines comerciales o profesionales’’. Aun así, dejaba la puerta abierta a la petición de autorizaciones, que se concederían una vez estuviese aprobada la ley que se estaba redactando.
De este modo, el pasado mes de julio el Consejo de Ministros aprobaba un Real Decreto en el que se abordaba la regulación de los Drones, además de otras cuestiones. Se trata de una normativa temporal y en espera de que se desarrollen todas las disposiciones en los próximos meses.
Las condiciones serán distintas dependiendo del peso, pero en general deberán portar de una placa de identificación y quien lo esté manejando deberá disponer de conocimientos de pilotaje oportunos. Entre los usos permitidos, emplearlos en emisiones de radio y TV. No obstante, hasta un mayor desarrollo, no podrá ser volados en zonas pobladas.
La regulación no termina de convencer por varios motivos: dependerá de la futura legislación de la Unión Europea; las restricciones de emplearlas en zonas no pobladas limitan su uso civil (en manifestaciones, por ejemplo) y el requerimiento de tener conocimientos de pilotaje limita el número de usuarios (existen pocos cursos y su precio es elevado).
Tailandia, un hobbie muy periodístico
En Tailandia, uno de los países con menos libertad de prensa según el ranking de RSF, el uso de los vehículos aéreos no tripulados se ha convertido en un gran aliado para los ciudadanos. El fotógrafo Sithikorn Wongwudthianun comentaba en WEF que el uso de Drones en este país era prácticamente un hobbie para sus habitantes y agregaba ‘’puedes ir a la tienda y comprarte uno de ellos por mil dólares’’. Lo que permite hacerlo con esta facilidad, el vacío ilegal existente en este ámbito.
Wongwudthianun, como hicieron otros colegas tailandeses, cubrió desde el aire las protestas callejeras de Bangkok del pasado año y ha continuado utilizándolos pese a la imposición de la ley marcial. Recordemos que con su instauración el Ejército empezó a controlar los medios de comunicación del país.
Turquía, fines militares
La situación en Turquía es bastante complicada para el uso de Drones por parte de población civil. Sin embargo, su empleo en operaciones militares es más que una evidencia. La utilización de los mencionados aparatos con este tipo de objetivo ya se ha cobrado la vida de algunos civiles. La cosa va más allá porque pese a que en un principio el material se importaba de algunos países como EE.UU, algunos medios aseguran que están desarrollando o ya posee más de veinticuatro tipo de Drones.
Eso sí, aquellos lanzados para cubrir protestas desde el aire han sido directamente derribados por la policía. El caso más mediático, el del año pasado durante una protesta en la plaza Taskim contra la intención del gobierno de acabar con uno de los espacios verdes de la ciudad. Sin embargo, el derribo de aviones no tripulados de pequeñas dimensiones no es un caso aislado y países como Israel e Irán ya lo han hecho en operaciones de carácter militar.
Como hemos visto con estos ejemplos, diferentes países y marcos legales pero con una misma tónica: normativas que no terminan de llegar, que lo hacen tarde y que no suponen una solución para el futuro del periodismo Drone.
En cierto modo, esta tardanza se puede explicar por la necesidad de colaboración entre distintos agentes implicados. En el caso de los periodistas es necesario que trabajen con investigadores, para conseguir que las prestaciones de los aparatos permitan coberturas noticiosas eficaces y seguras. Por otro lado, también deben presionar a los legisladores para garantizar que las futuras leyes tengan en cuenta los derechos de información y libertad de prensa.
Imágenes: Principal en Flickr de World Pockert Tour bajo licencia CC / otra en Flickr de James A Artis bajo licencia CC
