La desmilitarización de los vehículos aéreos no tripulados, (Unmanned Aerial Vehicle), conocidos popularmente como drones, ha abierto un destacado campo de posibilidades para su utilización y también para la polémica. La Administración Federal de Aviación (FAA), organismo regulador de la aviación en los Estados Unidos, no ha dejado de solicitar requisitos para abordar la regulación del uso de este tipo de aviones.
Esta semana la FAA nos sorprendía anunciando la obligatoriedad de registrar todo drone que pese entre 250 gramos y 20 kg, antes del 19 de febrero de 2016. A pesar de que muchos de estos drones no son más que un juguete recreativo, la llegada de la Navidad y el previsible aumento de ventas de estos vehículos, ha determinado la aprobación de una medida sujeta a duras sanciones civiles y penales si no se registra.
La medida ha sorpendido porque plantea multas de hasta 250.000 dólares y tres años de prisión y también porque este registro obliga a dar una serie de datos personales que entran en competencia con la protección de nuestra privacidad. El registro costará 5 dólares y deberá ser renovado cada tres años, pero será gratis los primeros 30 días, hasta el 20 de enero, como una medida para incentivar los registros. Los propietarios tienen que colocarle un número de identificación a su artefacto a modo de matrícula, que permita el control del vehículo. Los propietarios mayores de 13 años también deberán registrarse, en el caso de niños menores, serán los padres los que deberán hacerlo y responder de su utilización.
Cualquier persona con un avión no tripulado que pese entre 250 gramos y 20 kg, tendrá que participar de este resgistro en el que deberán dar su nombre, direcciones de origen y dirección de correo electrónico en un formulario en el sitio web de la agencia.
Desde Mother Board, (@motherboard), Joshua Kopstein escribe un apasionado artículo en el que afirma: «Registraré Mi Drone cuando tengas que registrar tu arma». Kopstein habla de la contradicción que supone esta medida en uno de los países desarrollados con mayor número de muertos per cápita por armas de fuego. La medida, señala, no es proporcional al peligro real que estos vehículos suponen realmente, afirma este piloto de drone aficionado, apuntando que estos vehículos han sido víctima de una campaña de desprestigio caragada de sensacionalismo. ¿Cómo es posible que esta medida sea considerada tan necesaria en una país en el que aún no cuenta con un registro federal obligatorio para armas?. Según Kopstein actualmente:
Sólo cuatro estados de Estados Unidos tienen requisitos formales de inscripción para los dueños de armas de fuego. Sólo 12 estados requieren una licencia o permiso para poseer un arma de fuego.
Lo que realmente parece plantear la medida es el temor por la utilización de estos drones en la grabación de imágenes que puedan resultar incómodas, haciendo posible la denuncia de todo tipo de situaciones, desde abusos policiales, a violaciones de derechos humanos, etc. Generar un registro de pilotos supone una manera de controlar el uso que hagan de estos vehículos, así como de las imágenes que puedan grabar, especialmente en el ámbito del activismo y el periodismo ciudadano. Sin duda el peligro real que entraña la utilización de estos vehículos, frente al peligro real de un arma de fuego, no parece proporcionado.
Las enormes posibilidades de los drones en el entorno del periodismo ha cambiado la manera que teníamos de enfrentarnos, tanto a la cobertura de atentados o desastres naturales, como a la de grandes manifestaciones como las de la primavera árabe, o el movimiento Occupy. En el entorno del periodismo ciudadano hemos comprobado cómo este tipo de vehículos está cambiando la forma en la que recibimos información de grandes manifestaciones y movimientos sociales como los vividos en Hong Kong en donde el joven piloto de drones Nero Chan, cambió la forma de ver la Umbrella Revolution o Revolución de los paraguas, debido al uso de paraguas utilizados como escudos protectores contra los ataques con gases lacrimógenos y gas pimienta de la policía.
Esta medida podría tener un efecto disuasorio para muchos activista y permitiría ubicar facilmente al autor de una imágen que pueda resultar poco conveniente al Gobierno Federal. No olvidemos que los datos de registro facilitados, entre los que se incluye el pago con tarjeta de crédito, haría muy fácil bloquear la cuenta corriente del usuario de este drone, o dar con su domicilio.
Imagen Portada: Lima Pix en Flickr bajo licencia CC