Vocativ es un medio de comunicación innovador que combina la tecnología y el periodismo de una manera pionera. Periodistas profesionales y ciudadanos colaboran en este medio capaz de explorar la «Web Profunda» o “Deep Web” para descubrir historias originales, nuevas tendencias, y voces no escuchadas de todo el mundo. Además rastrean las principales tendencias en redes sociales para tratar de generar su propia agenda informativa, al margen de las grandes portadas de medios tradicionales.
Además, han puesto en marcha una herramienta de geolocalización que refleja en un mapa interactivo la información relativa a un tema concreto. Esta herramienta esta siendo de gran utilidad en el caso del terremoto de Nepal.
A través de Social Map podemos acceder a fotos, vídeos, e información en tiempo real que se geolocalizan en un mapa de información en donde accedemos a lo que el público está contando en redes sociales sobre un acontecimiento concreto, tanto en forma de tweet como de imágenes y vídeos.
काठमाडौंमा असुरक्षाको महसुस..काठमाडौं देखी बहिरिनेको चाप,यात्रुहरु कलंकी, बल्खु लगायत का बिभिन्न ठाउहरुमा अलपत्र… pic.twitter.com/2MphdTh5Gg
— sarita gurung (@xarugrg86) abril 27, 2015
A través de este mapa podemos acercarnos a los testimonios concretos recopilados por los testigos presenciales en la zona del seísmo y sus respectivas actualizaciones a través de redes sociales con gran detalle sobre zonas concretas para saber qué se ha dicho, fotografiado o grabado mediante geolocalización.
«Más del 80% de Internet se encuentra fuera del alcance de Google, en una zona llamada la Web Profunda. Vocativ explora este vasto espacio inexplorado, que incluye todo, desde los foros públicos y bases de datos a las plataformas sociales y sitios de comercio», señalan. Vocativ nos muestra otra forma de gestionar la gran cantidad de información útil que circula por redes sociales así como por esa «Deep Web«, por la que tratan de detectar noticias de interés, y descubrir historias que, de otra manera, podrían pasar inadvertidas. El terremoto de Nepal se convierte así en un nuevo ejemplo del potencial de la participación ciudadana, especialmente tras un desastre natural de esta magnitud.