El periodismo ciudadano cambia la forma de entender el cine documental

Desde el Guardian nos habla de otros de los aspectos en los que el periodismo ciudadano está modificando la forma de enfrentarnos a la actualidad tal y como la conocíamos hasta el momento. Desde los acontecimientos de la Primavera Árabe o el movimiento Occupy , son innumerables los vídeos ciudadanos que nos han acercado a una nueva forma de entender los que Bulkley denomina «el paisaje del cine documental»:

Esto ha sido posible gracias a la tecnología que utilizan, las plataformas de distribución que ya están disponibles y la pasión de los hombres y mujeres comunes por contar el tipo de historias extraordinarias que alguna vez fueron del dominio de los documentalistas profesionales.

En PC os hemos hablado en numerosas ocasiones de distintas experiencias en este sentido, desde el documental: «Adventures of Josh Wolf: Activist Video Blogger», basado en  las aventuras del activista y bloguero Josh Wolf, a “La vida en un día”, título del documental ciudadano de YouTubeRidley Scott y Kevin Macdonald o Brian De Palma con Redacted, término que se usa para describir documentos en los que se ha cometido censura. A pesar de que el propio De Palma señalaba que este película no era un documental, «sino pura reconstrucción y experimentación con el lenguaje cinematográfico y las nuevas tecnologías», la grabación y el propio director dejan claro la importancia de la participación de la ciudadanía en su puesta en marcha y así “aprovechar las ventajas que ofrece la era digital, grabándolo todo sin grandes preparaciones y con poco coste, para reflejar una historia de un modo más real”, recurriendo a material encontrado en la Red.

En líneas generales el cine documental ha encontrado una fuente prácticamente inagotable de material de primera calidad gracias al que dar testimonio de lo que sucede a nuestro alrededor sin apenas costes, aunque a veces el mayor coste lo paguen las personas que arriesgan sus vidas para grabar estas imágenes tal y como ha sucedido recientemente con el joven cineasta sirio Bassel Shahade, tiroteado por un francotirador en el barrio de Bab Saba en Homs, en Siria.

El director, Kevin Breslin, nos acerca un ejemplo de cómo el movimiento Occupy#OccupyWallStreet, ha servido de inspiración a lo largo de 40 minutos de su propio documental. Breslin destaca la eficiencia de la gente informando en tiempo real de lo ocurrido y así fue como se encontró, por primera vez, con el periodismo ciudadano en acción, un movimiento que considera legítimo para informar:

Son tan legítimos como honestos y objetivos, y creo que todo el mundo era honesto. Lo que vieron en vivo con sus propios ojos es lo que tengo. La única razón por la que puede parecer que estaba rodando la historia desde un punto de vista simplemente era que no podía poner una cámara en todas direcciones. Nada es ficción.

Otro curiosos ejemplo de cómo la participación ciudadana en general y las redes sociales en particular están cambiando la forma de entender el cine lo encontramos en la red social Twitter como fuente de inspiración de la película Republik Twitter, un trabajo que nos habla del efecto que estas redes tienen en los jóvenes y cómo han afectado a la manera en la que se relacionan.  Twittamentary, es un documental que explora los efectos sociales del fenómeno Twitter. La cineasta de Singapur Tan Siok Siok (@sioksiok en Twitter) comenzó un viaje que la llevó por todo Estados Unidos para entrevistar a usuarios de Twitter de todas las condiciones sociales.

Los ejemplos de cómo el periodismo ciudadano está cambiando la forma de hacer documentales la encontramos en innumerables ejemplos como la propuesta de los dos periodistas ciudadanos chinos,  Zola (Zhou Shuguang), de 27 años (también conocido como aka Zola) y ‘Tiger Temple’ de 57,  protagonistas del documental “High Tech, Low Life. A este documental se suma otra forma de colaboración ciudadana a través de la plataforma de crowdfunding Kickstarter gracias a la cual se ha conseguido el dinero de la post-producción. Esta misma forma de financiación se utilizó en ADAY.ORG un proyecto de crowdsourcing similar a “La vida en un día”.

El bajo coste de producir este tipo de documentales permite también que otros ciudadanos se animen a denunciar situaciones especialmente graves como las que se viven en lugares como el Tibet en donde Dhondup Wangchen, de 37 años, y su ayudante Golog Jigme, un monje, pagaron un alto precio por grabar un documental en el que entrevistan a ciudadanos de todo el Tibet, por cuyo trabajo acabaron detenidos y encarcelados por las autoridades chinas.

En nuestro país encontramos también algunos ejemplos de cine documental rodado gracias a la colaboración ciudadana como Aldea Moret, un conflictivo barrio de la ciudad de Cáceres, que decidió mejorar su imagen gracias a una iniciativa del Ayuntamiento.

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