Oriente Medio y Norte de África: las mujeres y sus reivindicaciones en Internet

EL CONTEXTO: LA PRIMAVERA ÁRABE

En diciembre del año 2010, el tunecino Mohamed Bouazizi se inmoló, prendiéndose fuego hasta la muerte. Después de este terrible suceso, se ha dado lugar desde la primavera de 2011 una serie de protestas ciudadanas y reivindicativas contra los Gobiernos de los países del sur del Mediterráneo (Túnez, Egipto, Arabia Saudí, Siria, Bahréin, Libia, Marruecos, Líbano, etc.). En ocasiones, se trata de gobiernos dictatoriales, pero en todos ellos se permiten las desigualdades entre sus ciudadanos, se aceptan sobornos para abrir ciertos negocios y se muestra una terrible impasividad ante las mafias que surgen dentro del territorio.

Nos encontramos ante una auténtica revolución democrática árabe que es conocida en absolutamente todo el mundo como la Primavera Árabe. Millones de ciudadanos de estos países salen a las calles y luchan por sus derechos y por sus libertades, por el fin de la represión por parte de los Estados, por vivir en un lugar con un ambiente de equidad y respeto y por poseer las mismas oportunidades que otros países de Occidente, los que, en ocasiones y según declaraciones de la periodista sirio española Leila Nachawati, han permitido durante varios años aquellas dictaduras.

En países como Turquía, Egipto, Libia o Jordania los Gobiernos han caído y han sido sustituidos por otros diferentes. En otros países ha habido cambios en las Constituciones (como en Marruecos) u otros cambios de tipo social (subida de sueldos, reformas en leyes o facilidades para los más desfavorecidos). Sin embargo, se oyen voces de una pérdida de fuerza de la Primavera Árabe que deja paso a una oleada de nuevas reivindicaciones que reflejan el camino que aún queda por recorrer para conseguir la lista definitiva de derechos humanos fundamentales.

SUS ARMAS: INTERNET Y EL CIBERACTIVISMO

Sin embargo, el trayecto no ha sido en vano, ya que sí se han logrado muchos cambios en estos países de Oriente Medio y el Norte de África. Muchos de ellos se han conseguido gracias a un creciente ciberactivismo apoyado, también, en el periodismo ciudadano. En palabras de Mario Tascón y Yolanda Quintana, el ciberactivismo es otro método de activismo social que utiliza Internet, las redes sociales y contenido multimedia para luchar por los derechos humanos, en contra de las injusticias sociales y para que sus mensajes lleguen a todas las personas que sean posibles.

El uso de blogs para denunciar situaciones de iniquidad (como los de los egipcios Alaa Abd El Fattah o Wael Gho­nim), así como las manifestaciones y rebeliones organizadas en la calle han servido para reflejar una situación de enfado contra escenarios represivos en aquellos países. Además, portales como “new.livestream.com”, Youtube o Vimeo han servido para reflejar en vídeo todo aquello que sucedía en las revoluciones democráticas árabes (la muerte de Mubarak, enfrentamientos con la policía, arrestos sin justificación), constituyendo una parte decisiva para estos movimientos.

LAS MUJERES: EN LA LUCHA DE LA IGUALDAD

Una de las partes más importantes de las reivindicaciones, y la razón principal de este artículo, es el papel que ha adquirido la mujer en estos últimos meses a raíz de las revoluciones de la Primavera Árabe. En estos países de Oriente Medio y Norte de África son habituales las leyes que no protegen la igualdad y que relegan a la mujer a una posición de inferioridad (como, por ejemplo, la prohibición en Arabia Saudí que no permite a las mujeres conducir).

Las revoluciones que comenzaron en 2011 han permitido que se rompa una barrera del miedo que ha incentivado a que muchas más mujeres que antes denuncien, protesten y hablen sobre las discriminaciones sufridas en sus países. Se han convertido en protagonistas, en verdaderas periodistas ciudadanas que luchan por sus propios derechos y que han dejado de asustarse ante la represión. Graban vídeos que después suben a la red o escriben blogs pro democracia. En este sentido, hay ejemplos concretos de periodistas y blogueras de diferentes países que escriben en la red sus opiniones en forma de llamada a otras mujeres para que también se opongan a la desigualdad que sufren.

Por ejemplo, destaca Tawakkul Karman (demoninada la Che Guevara yemení), periodista y ciberactivista de Yemen que ganó el Premio Nobel de la Paz 2011 por defender la libertad de expresión, así como los derechos femeninos y la modernización de Yemen desde que fundó en 2005 el grupo “Mujeres periodistas sin cadenas” (WJWC). También son conocidos otros casos como el de Razan Ghazzawi, una bloguera y ciberactivista sirio-estadounidense que lucha por la libertad total en Siria y que colabora de manera activa en el proyecto de Global Voices, que da lugar a denuncias de ciudadanos de todo el mundo.

Otro caso es el de Gigi Ibrahim (@Gsquare86), bloguera egipcia que en medio de las protestas de Egipto en 2011 abrió un blog en el cual denunciaba las situaciones de desigualdad que se estaban viviendo en el país e informaba sobre todas las reyertas que se sucedían allí, en un momento en el cual la prensa tenía bastantes dificultades para  acceder allí, lo que llevo a The New York Times a entrevistarla.

Muchas veces, estas blogueras y periodistas han acabado detenidas por parte de los cuerpos oficiales de policía. Pero este no es el fin de las protestas, que tampoco comenzaron en 2011, ya que se han formado plataformas y herramientas que sirven para que cualquier ciudadana denuncie y relate su propia situación en su país de Oriente Medio y el Norte de África. A veces, incluso, otras plataformas sobre los derechos de las mujeres y de la sociedad en general, iniciadas en países occidentales, han dado cabida a estas denuncias de mujeres árabes.

Tenemos, así, ejemplos como la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA), una plataforma originada en 1977 que actualmente tiene cobertura en Internet y que fue creada por mujeres afganas para luchar por los derechos de la mujer. Los objetivos de RAWA son poder incluir a la mujer en las actividades sociales, políticas y económicas, razón por la cual pasaron de ser un movimiento político independiente a centrarse en actividades relacionadas con la salud o la educación. Han sido reconocidas por Amnistía Internacional como ejemplo de superación y lucha contra las corrientes represoras y de desigualdad.

También existe la plataforma Mujeres que viven bajo leyes musulmanas (WLUML), una iniciativa que nació en 1984 para dar información, apoyo y un espacio para que las mujeres que viven bajo aquellas leyes sexistas del Islam puedan protestar y denunciar los abusos de su Gobierno. Su principal misión es promover la igualdad, pero también ayudan mediante apoyo psicológico a las mujeres que sufren abusos, a las que facilitan información sobre derechos legales y enlaces de instituciones globales que pueden ayudarlas. Su misión destaca en el panorama global por traducir informaciones a diferentes idiomas y por poner en contacto a mujeres que creen en la misma religión, pero que se encuentran en diferentes países, para así poder compartir experiencias y consejos a la hora de actuar contra las distinciones de género.

Otra plataforma muy destacada que hace aumentar el optimismo en la mejora de los derechos de la mujeres árabes es la Red de Mujeres Árabes, que cuenta con el apoyo del Movimiento por la Paz y la financiación de la Cooperación española. Fue una propuesta llevada a cabo por la Unión de Mujeres Jordanas, cuyos objetivos son “promover los derechos de la mujer a través del fortalecimiento de redes entre ONGs de mujeres dentro y fuera del mundo árabe” . Para ello, se quiere establecer un sistema de comunicación con el que se pueda aprender y compartir diferentes experiencias, de manera que se expresen unos valores a nivel global que permitan a las mujeres ser escuchadas en foros internacionales y otras plataformas.

Es importante mencionar también el Centro de Mujeres para la Ayuda Legal y Asesoramiento (WCLAC), una asociación surgida en Jerusalén en 1991 que aboga por una sociedad democrática basada en los principios de igualdad y justicia social entre hombres y mujeres. Cualquiera puede formar parte de este movimiento, a través de viajes a Palestina, o enviando aquellas denuncias que queremos que el resto del mundo escuche. Además, lo que intentan continuamente aquellos que forman parte de este centro es conseguir reformas legales no solo en Palestina, sino también en otros países de su alrededor.

Además, la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) llevó a cabo el portal Arab Women Spring que se centra únicamente en publicar noticias sobre movimientos de mujeres durante la Primavera Árabe. Además, ofrece información de los sucesos en los diferentes países y posee una lista de 20 formas para conseguir la igualdad entre mujeres y hombres en estos países de Oriente Medio y el Norte de África (con información gráfica sobre los la representación femenina en los parlamentos).

Por otro lado, nos encontramos con la plataforma Uprising of women in the arab world, que también permite a las mujeres árabes relatar su historia para que se conozca en todo el mundo. Son escuchadas sin distinción de su pensamiento o su religión. Lo importante es que se extiendan a lo largo del globo y que se tenga conciencia en otros países occidentales (es por ello que cuentan con una gran plataforma de comunicación a través de Twitter y Facebook y Flickr).

Destacan también otros portales que no están creados directamente por mujeres árabes, pero que también dan cabida a denuncias que estas mujeres de Oriente Medio y Norte de África realizan debido a su situación de represión desigualitaria. Son portales como Women’s link worldwide, Global Fund for Women, GlobalVoices o Bahrain Center for Human Rights.

SU OBJETIVO: SER ESCUCHADAS EN TODO EL MUNDO

La relevancia de todas estas plataformas mencionadas en este artículo es decisiva para el papel que la mujer tiene en el mundo árabe. Durante años, la desigualdad sufrida por la mujer en países acérrimos al Islam ha sido máxima, lo que ha provocado una represión y un silencio que se han terminado de quebrar a raíz de la Primavera Árabe. Pero es solo el principio de una serie de cambios que están aún por descubrir. Por otro lado, en estos portales, la comunicación a través de las redes sociales, como Facebook o Twitter, o del correo electrónico es fundamental para que las mujeres de esta región puedan alzar su voz y demostrar cuál es la verdadera posición de la mujer, es decir, un lugar igualitario al del hombre.

Estas organizaciones ofrecen un servicio sin distinción, de apoyo e información para que se conozcan en todo el mundo cual es la situación real y actual en estos países. También se ofrecen herramientas con las cuales las mujeres pueden convertirse en periodistas ciudadanas que expresen sus sentimientos. ¿El objetivo? Que la difusión sea lo más amplia posible y que no solo los ciudadanos de estos países luchen por la igualdad en su región, sino que otros también lo hagan, desde sus casas y desde sus países, de manera global.

En palabras de la periodista Tawakkul Karman:

“Ahora todo el mundo sabe lo que sentimos los árabes. Antes, sólo se nos asociaba con el terrorismo. Pensaban que no nos preocupaban ni la igualdad ni nuestros derechos. Esta revolución ha enseñado a Occidente a los verdaderos árabes y también a los verdaderos musulmanes”.

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