En entrevista con la Universidad Oberta de Cataluña Manuel Castells, catedrático de Sociología y director del Internet Interdisciplinary Institute de dicha universidad, reflexiona sobre las revueltas que se están viviendo en Túnez y Egipto, y sobre el uso que la ciudadanía está haciendo de las redes sociales. A este respecto Castells afirma:
Los grandes medios de comunicación no tienen elección. O se alían con internet y con el periodismo ciudadano, o se irán convirtiendo en marginales y económicamente insostenibles.
En el libro «Comunicación y poder» Castell ya nos ofrecía una visión empírica y en profundidad, sobre:
cómo la transformación de las tecnologías de la comunicación crea nuevas posibilidades para la autoorganización y la automovilización de la sociedad, superando las barreras de censura y represión impuestas por el Estado. Claro que la cuestión no depende de la tecnología. Internet es una condición necesaria pero no suficiente. Las raíces de la rebelión están en la explotación, la opresión y la humillación. Pero la posibilidad de rebelarse sin ser aplastado de inmediato depende de la densidad y la rapidez de la movilización, y esto se relaciona con la capacidad creada por las tecnologías de lo que he conceptualizado como autocomunicación de masas.
Sobre las críticas que estas revoluciones puedan suponer debido al volumen de la brecha digital en estos países menos desarrollados, Castells defiende:
La historia de la brecha digital en términos de acceso es vieja, falsa hoy en día, y aburrida, pues parte de una predisposición ideológica, entre los intelectuales, a minimizar la importancia de internet. Hay dos mil millones de usuarios de internet en el planeta, y cuatro millones ochocientos mil abonados de móviles. Los pobres también tienen móviles y, aunque menos, tienen formas de acceso a internet. La verdadera diferencia se da en el ancho de banda y en la calidad de la conexión, pero no en el acceso, que está difundiéndose con mayor rapidez que ninguna otra tecnología en la historia.
Sobre la posibilidad de estos gobiernos de censurar y anular estas rebeliones, bautizadas por el sociólogo como «wikirrevoluciones» (las que se autogeneran y se autoorganizan), Castells afirma:
No las tiene. En Egipto incluso intentaron desconectar del todo la red y no lo consiguieron. Hubo mil formas, incluyendo conexiones fijas de teléfono a números en el extranjero que transformaban automáticamente los mensajes en envíos a twitters y fax en Egipto. Y el costo económico y funcional de la desconexión de internet es tan alto que se tuvo que restaurar muy rápidamente. Hoy en día, un apagón de la red es como uno eléctrico.
Puedes leer la entrevista al completo en la web de UOC.
Vía/ UOC Foto: Flicker de USC Center on Public Diplomacy