Maria Aliojina y Nadezhda Tolokonnikova, conocidas como las «Pussy Riot», continúan en su empeño por demostrar que otro periodismo es posible bajo el gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin. Las integrantes de la banda punk rusa Pussy Riot, fueron condenadas a dos años de prisión en agosto de 2012 por un delito de gamberrismo tras irrumpir en la principal catedral ortodoxa de Moscú e interpretar una ‘oración punk’ contra el presidente del país, Vladimir Putin.
Tolokónnikova, de 24 años, y Aliojina, de 25, salieron de prisión el pasado 22 de diciembre tras haber pasado entre rejas casi dos años. La protesta de las Pusy Riot se encuadra en un contexto de movilizaciones contra Putin en todo el país, en el periodo previo a las elecciones presidenciales rusas de marzo de 2012. Las protestas ciudadanas se dirigían esecialmente contra la medidas adoptadas por el presidente orientadas a restringir la libertad de expresión, reunión y asociación.
Durante su estancia en la cárcel estas activistas políticas denunciaron la brutalidad y dureza de su encarcelamiento durante el que sufrieron abusos e incluso presuntas amenazas contra su vida, realizadas por el personal penitenciario, por lo que ambas mujeres se pusieron en huelga de hambre para presionar a la opinión internacional sobre su situación.
Tras esta experiencia las Pussy Riots decidieron poner en marcha Zona Prava, (Zona de Justicia), una ONG fundada poco tiempo después de salir de la cárcel. Esta ONG, centrada en la defensa de los presos rusos, ofrece información y apoyo legal y psicológico a los prisioneros. Tras esta primera experiencia han decidido lanzar un nuevo medio de comunicación al que han llamado MediaZona, (Zona de derechos), con el que continuarán trabajando estrechamente junto a Zona Prava para denunciar los abusos del sistema perniteciario ruso y luchar y defender los derechos de los presos.
El periodista ruso Serguéi Smirnov será el editor jefe de este proyecto junto a los periodistas Elena Shmaraeva, Egor Skovoroda, y Maria Klimova. Desde Global Voices, hacen pública la nota de prensa en la que Tolokonnikova señala cómo MediaZona intentará luchar contra la censura de los principales medios rusos, a los que califica de poco rigurosos:
Desde que dejamos la cárcel hace seis meses, creemos que los medios rusos no son capaces ya de informar sobre la actualidad. Por culpa de la profunda censura de las autoridades, ya no hay espacio para ningún material que critique a Putin o que denuncie los abusos de derechos humanos cometidos por el sistema judicial y los cuerpos policiales rusos.
La página ya está operativa y en ella se publica información sobre temas relacionados con el sistema penitenciario ruso en el que se incluyen «arrestos sonados, artículos de opinión y reportajes sobre las experiencias de los presos». En la nota de prensa hecha pública señalan:
Aspiramos a hacer que lo que ocurre en el sistema penitenciario ruso sea más visible. La persecución de activistas ciudadanos y organizaciones de derechos humanos, la brutalidad y tortura policial, el régimen de esclavitud de las prisiones rusas, la corrupción, la insensibilidad y desfachatez del sistema judicial, el absurdo legal… estos son algunos de los temas de nuestro interés que trataremos.
En la web de MediaZona, entendida como una zona para los derechos humanos, señalan entre los objetivos de este proyecto «La persecución de los activistas de la sociedad civil y organizaciones de derechos humanos, la violencia policial y la tortura, la corrupción, la insensibilidad judicial y legislativa». En este comunicado destacaban la dificultad de poner en marcha medios críticos con el presidente Putin:
«No hay ningun espacio para los medios de comunicación que critican las políticas de Putin y rastrean los abusos de los derechos humanos por parte de los tribunales rusos y la aplicación de la ley.»
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Imagen: Nadezhda Tolokonnikova. Wikipedia. Bajo licencia CC.
Imagen Maria Alekhina. Wikipedia. Bajo licencia CC.