El Comité de Protección de Periodistas, (CPJ) y el Comité de Reporteros por la Libertad de Prensa, (@rcfp), han presentado una carta conjunta a la ONU solicitando la protección de las comunicaciones de aquellos periodistas de investigación que utilicen lenguaje encriptado para salvaguardar el anonimato de sus fuentes.
Cada vez encontramos más mensajes similares relacionados con la necesidad de proteger la privacidad de nuestras comunicaciones, algo especialmente importante en el ámbito del periodismo de investigación en donde esas fuentes pueden poner su vida en peligro si no son protegidas correctamente. Este es uno de los pilares básicos sobre los que se sustenta la profesión periodística y que, según el CPJ, (@pressfreedom), corren un serio peligro.
Este tipo de lenguaje encriptado es un elemento fundamental relacionado con el periodismo de filtraciones y con investigaciones tan relevantes como las que han dado a conocer Glenn Greenwald y Laura Poitras, dos de las personas que tuvieron acceso completo en 2013 a los archivos del programa de vigilancia masivo revelado por Snowden. La publicación de la “ListaFalciani”, es otro claro ejemplo de la necesidad de proteger este tipo de comunicaciones fundamentales en casos como el de los Swiss Leaks, en el que se incluyen los nombres de los miles de evasores fiscales desvelados por Hervé Falciani, el informático francoitaliano y exempleado de la filial suiza del Hong Kong Shangai Bank (HSBC). Desde el CPJ señalan con claridad:
«para que los periodistas puedan trabajar con seguridad deben ser capaces de protegerse a sí mismos y a sus fuentes, por lo que el cifrado es una herramienta vital».
Estas afirmaciones se extraen de la exhaustiva carta conjunta enviada al Relator Especial sobre la libertad de opinión y expresión de la ONU David Kaye, en la que se detallan las razones por las que el cifrado y el anonimato son necesarios por los periodistas y por qué no se debe permitir la criminalización de la protección del derecho a la comunicación privada.
Desde el CPJ Geoffrey King, (@CPJInternet), coordinador de Asuntos Jurídicos, detalla cómo en el otoño de 2013, la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos puso en marcha, practicamente en secreto, su Utah Data Center, una de las instalaciones más avanzados del mundo, de unos 100 mil metros cuadrados, diseñada para almacenar y analizar la enorme cantidad de datos electrónicos de esta agencia de «seguridad/espionaje», convirtiéndose en una profunda amenaza para la libertad de prensa en todo el mundo.
Este centro de datos es un claro ejemplo de lo que los gobiernos pueden hacer con nuestros datos procedentes tanto de llamadas telefónicas, textos o mensajes de correo electrónico. Esta es una realidad denunciada ya por Snowden, exinformático de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), y que ahora podemos ver en el oscarizado documental “Citizenfour”, que refuerza esta idea de la necesidad de protección de este tipo de comunicaciones.
El CPJ insiste especialmente en el peligro, no solo de que los gobiernos puedan recoger y analizar enormes cantidades de datos, sino también almacenarlos por períodos de tiempo cada vez más largos, algo que califican como: «una amenaza única del periodismo en la era digital», especialmente porque permite tanto a la NSA como a otras agencias de inteligencia almacenar indefinidamente no sólo los datos transaccionales de todas las comunicaciones – sino también una enorme cantidad de contenido de llamadas telefónicas, textos y mensajes de correo electrónico. Esto podría permitir rastrear las comunicaciones encriptadas o secretas de un periodista que esté tratando de proteger sus fuentes, e invalidando así cualquier intento de confidencialidad de nuestras comunicaciones.
Tras emitir esta carta el CPJ espera que el Relator Especial, que ha estado recogiendo estas observaciones sobre el uso de la encriptación, presente un informe basado en la información recibida por su oficina del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en junio.
Si quieres más detalles puedes leer una copia de la carta aquí.
Imagen Utah Data Center: Wikipedia.
Imagen portada: Trans Kamp en Flickr bajo licencia CC.