«Esta va a ser una entrevista muy pesada. Yo no utilizo el término periodismo».
Ironizaba así Chris Anderson, editor jefe de la revista Wired, tras ser preguntado por el futuro de la que es su profesión al inicio de una entrevista publicada en Spiegel Online, en la que Anderson ofrece sus opiniones sobre los cambios que se están produciendo en los procesos informativos.
Tampoco, añade el editor, usa las palabras «medio» o «noticias», que según él definen el mundo editorial del pasado siglo XX. En Wired, dice, han dejado de usarlas porque han perdido su significado, dentro de una nueva realidad en que la difusión de esas noticias ya no es patrimonio exclusivo de la industria editorial.
El propio Anderson reconoce no leer la prensa cada mañana. Ahora, explica, él no va a buscar la información, sino que ésta le llega a través de diversas vías: Twitter, el correo electrónico, los feeds RSS, las conversaciones con otros…
Y no es, como sugiere el entrevistador, que no le preocupe el estar informado. Por el contrario, confiesa consultar con frecuencia esas otras fuentes de información, en las que confía. Y añade que si algo importante ha ocurrido en el mundo él va a saberlo.
Aunque, como Anderson aclara, no se trata de leer o no la prensa tradicional:
Leo muchos artículos en los medios de comunicación tradicionales, pero no voy directamente a esos medios para leerlos. Ellos llegan hasta mí, que es algo bastante común en estos días. Cada vez más gente elige los filtros sociales de noticias en lugar de los profesionales. No estamos pendientes de las noticias en televisión o los periódicos. Y aún así sabemos de las cosas que importan, sólo que no dentro de esa batería de malas noticias. Son las noticias que interesan. Imagino que algo que me llega ya ha sido filtrado por aquellos en quienes confío. Así pues, las cosas estúpidas, sin importancia, no van a llegar hasta mí.
El flujo interminable de mensajes en Twitter también se podría considerar algo estúpido, señala el entrevistador, que además hace a ver a Anderson que él y su revista también forman parte de ese entramado mediático. El editor no lo niega, pero matiza que el problema no es que la forma tradicional de redactar artículos sea o no válida, sino que ésta se encuentra ya en minoría. Lo que solía ser un monopolio, la única forma de distribuir noticias.
Ahora, explica, no se necesita acceso a un canal comercial para distribuir las noticias, cualquiera puede hacerlo. Lo que hacen lo medios es útil, pero también lo es lo que hacen otras personas, opina, y no cree que la de los medios sea la más importante ni por supuesto la única forma de transmitir información.
Con todo, Anderson admite que el proceso de recopilación de información y análisis tradicional aún funciona, y no es tanto eso lo que está en cuestión como el formato de los medios, algo que no considera tan importante. Al tiempo que advierte de que aún es demasiado pronto para determinar qué modelos de negocio se pueden desarrollar en un futuro.
Sobre esas cuestiones de negocio, piensa que es importante conseguir una reputación y la atención de los usuarios, y sobre eso encontrar la manera de rentabilizarlas. Y cree que el dinero ya no es el factor principal:
La atención y la reputación son dos economías no monetarias. La gran mayoría de las personas que escriben en Internet lo hacen de forma gratuita. No lo están haciendo por dinero, sino para conseguir atención y reputación, o simplemente por diversión. Por ejemplo, hace dos años publiqué un sitio web llamado geekdad.com. Trata acerca de ser padre y un geek de la informática. Estamos escribiendo sobre cómo hacer cosas que son divertidas tanto para los niños como para los padres. Es un proyecto comunitario, todo el mundo contribuye de forma gratuita, pero ahora tenemos una audiencia mayor que la de muchos periódicos. Y hay un número infinito de sitios como éste por ahí.
Ante la pregunta de si el periodismo tradicional, caro de producir, puede competir con ese tipo de sitios, Anderson ofrece su visión de futuro:
En el pasado, los medios de comunicación requerían de un trabajo a tiempo completo. Pero quizá va a ser un trabajo a tiempo parcial. O incluso ni siquiera un trabajo, sólo un hobby. No hay ninguna ley que diga que las industrias han de permanecer teniendo determinado tamaño. La cuestión no es si los periodistas deben tener trabajo. La cuestión es si la gente puede tener la información que demanda, en la forma en que quiere obtenerla.
Vía | Journalism.co.uk
Imagen | Flickr de Nicolás Orellana