Hoy toca una cuestión de fondo que ha sido objeto de debate desde que existe la Web y los periódicos intentan sacarle partido como canal o como medio de comunicación de masas. No hace mucho, leíamos en The New York Times una reflexión de cierta profundidad al respecto que me servirá para traer aquí algunas cuestiones básicas relacionadas y que afectan directamente al fenómeno y a la práctica del periodismo ciudadano.
La pregunta que encabeza ese artículo es suficientemente explícita como para saber a qué me refiero: ¿Dónde está la portada en el ciberespacio? La portada, uno de los elementos más tradicionales de la prensa escrita y cuya aparición, como elemento con entidad propia, marca el interés manifiesto de los medios por la «atención» del lector, moneda de cambio privilegiado hoy en plena era de la información.
Las funciones de la portada, como tal elemento periodístico, que aun se estudian en las arcaicas Facultades de Ciencias de la Información pueden asociarse a las de los titulares: la portada -según José Javier Muñoz- puede ser un «altavoz», para las noticias más relevantes, un «mosaico» que combine éstas con una panorámica de la actualidad, un «escaparate» que muestre el inventario sin destacar pieza alguna… o un poco de todo; mientras que los titulares pueden designar simplemente la noticia, captar la atención del lector y/o manifestar la interpretación del medio.
Todas esas funciones se pueden encontrar en cualquier diario electrónico actual. Sin embargo, ante la vertiginosa evolución de los medios sociales para la información, la relación y la comunicación -en especial las redes sociales-, y la diversidad de formatos y maneras de contar historias que ofrecen fenómenos como la movilidad, nos encontramos con la dificultad evidente para identificar ese arcano, la portada, con un documento web, una dirección en ese océano cada vez más profundo de informaciones y datos de todo tipo cuyo filtraje y cuya verificación exige cada vez más de nosotros, como ciudadanos y como periodistas, un extenso conocimiento del medio, de la Red.
En el artículo del NYT nos hablan de un curioso proyecto que se desarrolla en la Aperture Gallery de la ciudad: «What Matters Now? Proposals for a New Front Page«. Se trata de una «exposición inversa» que convoca -durante diez días- a personas de diversas disciplinas física y virtualmente para componer un «mosaico», una especie de «collage» informativo -en gran parte visual- de lo que realmente «importa ahora», es decir que es digno de formar parte de esa metafórica «portada» que nos ofrece una instantánea de nuestra realidad en forma de «mural cooperativo».
Pensando en ese «collage» informativo al que nos enfrentamos como periodistas ciudadanos, debemos tener en cuenta la cantidad creciente de medios que la Red pone a nuestra disposición para «componer» esa realidad, la nuestra propia y la de otras personas, en nuestro entorno más cercano e hiperlocal y en el más global.
Durante mucho tiempo, más de una década, hemos aprendido que la estructura de los sitios web son jerárquicas, generalmente en árbol, y parten de una «página de inicio» o ‘home page‘. Así, la mayoría de los servicios con cierta componente «social» que han ido apareciendo con creciente fruición en la Red tras el holocausto de las puntocom intentaban automatizar, de diferentes maneras, la generación de esa «portada» personal y personalizable, ya sea con un blog, con un agregador, con un perfil en una red social, etc.
Con el tiempo, parafraseando la conocida aseveración que se atribuye a Tim O’Reilly -«The web is the platform«-, hemos ido comprobando que, en cierta forma, «la portada es la Web», un mosaico de realidades en primera persona que podemos ver, enlazar, compartir, manipular a través de diversas «pantallas» y dispositivos que nos permitirán distintos niveles de interacción.
Evidentemente, esta reflexión que suscribe el autor en primera persona, no busca otra cosa que generar el debate y suscitar la duda en el propio lector; es decir que, sin ánimo de sentar cátedra, me planteo si tiene sentido la existencia de una «portada» tal y como la conocemos en los medios ciudadanos; y qué forma tendría, con qué elementos la construiríamos…
Imagen | Flickr de Matthew Bradley