Nuevas formas de comunicación, nuevas formas de censura, así son las cosas en el mundo de la comunicación, ahora la Argentina de Kirchner se ve envuelta en toda una campaña contra el periodismo militante o cualquier clase de participación de los ciudadanos que quieren denunciar la situación de corrupción en la que viven y que no se publica oficialmente. Lo conocemos a través de realidades como la de Venezuela, Cuba, China, Chile.
Los recientes ataques a diferentes sitios web y blogs dedicados al periodismo militante, cualquiera que sea su inclinación política e ideológica, es preocupante. Más aún, cuando nos encontramos envueltos en una coyuntura donde lo electoral se mezcla con la aparición de hechos palpables de corrupción, los cuales fueron motivo de serias investigaciones por parte del periodismo alternativo.
Se vienen sucediendo diversos hechos contra periodistas y sitios web, incluidos weblogs, con la finalidad de acallar su voz en un territorio libre como lo es Internet. El crackeo e inutilización de las páginas son los métodos preferidos amparados por un oficialismo con un ansia de perpetuación en el poder, en abierta contradicción con el discurso oficial que ensalza la bandera de los Derechos Humanos.
Las empresas proveedoras de Internet (ISP por sus siglas en inglés) en la Argentina dicen que están confundidas. Una nueva ley las obliga a ofrecer a sus clientes «software de protección que impida el acceso a sitios específicos» y las compañías, abrumadas por la falta de precisiones del texto, han llegado a denunciar censura y falta de responsabilidad del Estado. El cambio en el texto fue realizado, según Di Leo, en la Comisión de Comunicaciones e Informática de la Cámara de Diputados. «Quisieron incluir aquellos sitios que son inconvenientes que los vea cualquiera, como las páginas que exaltan la discriminación». Hernán Glatsman, director de negocios de AlternativaGratis, señaló que «la ley tal cual está no encaja con el espíritu de Internet, que siempre fue la libertad».
En un artículo sobre la censura en Argentina de Gabriel Fernández encontramos declaraciones de este tipo: «Me he negado a publicar reivindicaciones explícitas o veladas de la dictadura militar, elogios a las políticas privatistas, pullas contra sectores populares argentinos».
Hoy, estos derechos son violados por personas al servicio del Gobierno Nacional, cada vez que arrecian las críticas que no son difundidas, paradójicamente, por los multimedios, por los cómplices de la dictadura que hoy están alimentados por la billetera oficial, generosamente premiados con una prórroga de las concesiones, los que no dudan en distorsionar la información, como también ocultarla, sobre la candente realidad argentina.
Tenemos dos desafíos; uno, el de seguir informando a la sociedad argentina y otro, el de seguir diciendo la verdad acerca de lo que acontece. El primero, implica continuar nuestra labor pese a las dificultades que supone cada ataque informático, en solidaridad plena con todos y cada uno de los medios y ciudadanos que seguimos este camino.
Vía | Argenpress.info, La Nación.com.ar,