Ayer hablábamos del periodismo abierto como tendencia. Una visión participativa del periodismo que busca la colaboración ciudadana en todas las fases de los procesos informativos, incluso después de que la noticia se dé por «terminada». Si algo nos interesa aquí particularmente de ese concepto de periodismo abierto —Open Journalism— es la puesta en valor del periodismo ciudadano, tan denostado aún con cierta frecuencia en algunos ámbitos del periodismo profesional.
No resulta fácil comprender algunas de esas críticas —en particular desde aquí, tras más de seis años viendo evolucionar el fenómeno del periodismo ciudadano—, pero persisten pese a todo, por más que algunos grandes medios, prestigiosas cabeceras internacionales, lo asimilaran ya hace tiempo y estén contribuyendo con sus investigaciones a encontrar nuevas vías para el periodismo en las que el aporte ciudadano tiene una especial relevancia.
Quizá por esa persistente crítica, y frente a ella, encontramos de forma recurrente artículos y posts que intentan explicar el fenómeno, incluso justificarlo, en una batalla sin sentido por dotar de legitimidad o negársela a algo que ya hace tiempo pasó a ser una realidad incuestionable. Se podrá poner en duda lo idóneo de su denominación —periodismo ciudadano— y hasta buscar con lupa sus fallos —¿no los tiene también el periodismo profesional?—, pero el fenómeno ya está bien asentado y difícilmente se va a ver afectado por esas críticas.
Encontramos hoy dos textos diferentes con un título común, «Citizen Journalism», pero con distintos acercamientos al fenómeno.
El primero de ellos, en el sitio griego Social Activism, comienza con una aclaración de conceptos:
El concepto de periodismo ciudadano (también conocido como periodismo «público», «participativo», «democrático», «de guerrilla» o «de calle») se basa en los ciudadanos comunes «que juegan un papel activo en el proceso de recolección, presentación de informes, análisis y difusión de noticias e información». El periodismo ciudadano no debe confundirse con el periodismo comunitario o el periodismo cívico, los cuales son practicados por periodistas profesionales. Periodismo colaborativo es también un concepto separado y es la práctica de periodistas profesionales y no profesionales trabajando juntos. El periodismo ciudadano es una forma específica tanto de medios ciudadanos como de contenidos generados por los usuarios.
Seguramente no estaríamos de acuerdo con todo lo expuesto en ese párrafo, pero sería un buen punto de partida para un análisis de la variedad de conceptos y denominaciones que tanto el periodismo ciudadano como el digital en su conjunto han originado en los últimos años. Muchos de ellos intercambiables y otros quizá innecesarios, pero producto de una era en la que se tiende a etiquetar todo.
El otro texto, en The Bell News, entronca el actual periodismo ciudadano con las publicaciones particulares de los primeros estadounidenses:
El concepto de «periodistas ciudadanos» o «pamphleteers» tiene una rica historia en Estados Unidos. Antes de que cualquier gobierno formal existiera en América, las discusiones intelectuales sobre la libertad, los derechos del hombre y la democracia se intercambiaban en forma de pequeños boletines impresos conocidos como «pamphlets».
Mucho antes de una prensa nacional, los ciudadanos como Thomas Paine desafiaban a los argumentos a favor de la monarquía y el Imperio Inglés en el Nuevo Mundo con escritos como «Common Sense«. Los «pamphlets» dieron a los ciudadanos una voz para cuestionar la autoridad, informar al público en general, transmitir conocimiento y ayudar a guiar el nacimiento de una nación hacia los principios libres que fundaron Estados Unidos. Con los periódicos nacionales, y más tarde la radio y las cadenas de televisión, proveyendo esas mismas cosas, los «pamphleteers» entraron en hibernación.
El nacimiento de Internet habría supuesto —según continúa el texto— el resurgimiento de esos «panfletarios» —aunque la acepción en castellano tenga connotaciones negativas— en la figura del actual periodista ciudadano, poniendo de relieve e investigando asuntos que la prensa tradicional no trata o tergiversa.
Una visión combativa —y en este caso liberal— del periodismo ciudadano en un ámbito muy concreto, el de la política estadounidense. Pero que nos sirve, al igual que el caso anterior, como ejemplo de las vueltas que al fenómeno se le dan también desde el lado de sus defensores.
En realidad, todo debiera ser más sencillo. Y quizá para definir de una vez por todas el concepto de periodismo ciudadano, sin espacio para interpretaciones interesadas, habría que comenzar por establecer los límites del periodismo en general. Paradójicamente, puede que el futuro del periodismo ciudadano pase por su integración definitiva en ese periodismo abierto del que hablábamos al principio. En el periodismo colaborativo por el que aquí siempre hemos apostado.
Imagen | Flickr de Richard Sambrook bajo licencia Creative Commons