El declive de los periódicos en papel lleva tiempo anunciando la separación de hecho en un matrimonio bien avenido, el ‘news – paper‘. Tanto si miramos en EE.UU., como si lo hacemos en España, el panorama es desolador para la propia profesión periodística, incurriendo los grupos empresariales en multitud de medidas de recorte de plantillas, despidos en masa, cierres, expedientes de regulación de empleo, etc. en un sector profesional altamente afectado por la precariedad laboral en los últimos años.
El caso es que, pareja con la línea temporal que los expertos dibujan para la extinción del papel (en la imagen según Ros Dawson), o visto desde otro punto de vista menos dramático, la «transición al digital» de la que hablaban no hace mucho en el KDMC, ve la evolución del periodismo ciudadano, desde la participación ciudadana y/o la acción social, transformando el proceso periodístico, las narrativas y las relaciones complejas que se dan en el ecosistema informativo, dando lugar a nuevos modelos de negocio y de relación, tal como concluíamos en nuestro análisis en el libro de Periodismo Ciudadano.
Dentro de esa evolución, de la que nos ocupamos aquí en sus múltiples vertientes hace ya más de un lustro, surgen multitud de iniciativas para dar forma al oficio periodístico en esta era, con cada vez menos papel y mucha más novedad, información. Inspirado por Baudrillard, Bernardo Gutiérrez nos propone un «Manifiesto Posperiodístico», abierto en esta wiki a su potencial enriquecimiento por parte de todos nosotros, antaño conocidos como «audiencia» y que ahora hemos decidido tomar el poder de los medios (técnicos) para escribir nuestro futuro, como periodistas y/o como ciudadanía.
Con referencias explícitas al Dead Media Manifesto de Bruce Sterlling, pieza memorable del movimiento Ciberpunk, Bernardo nos propone un decálogo inicial que reproduzco a continuación y que someto al criterio del lector por su capacidad para sintetizar algunos de los aspectos que están ayudando a caracterizar el horizonte periodístico en una era «pospecé»:
1. La información pasa a ser un proceso compartido. Los productores de información incluyen a los lectores en la elaboración del contenido. Compartir en blogs, plataformas de vídeo o sites los detalles de cómo se ha elaborado un trabajo informativo es tan importante como el resultado final. El contenido llegará a ser un making of en tiempo real.
2. La definición de contenido evoluciona, crece, se amplia. Comentar una noticia, difundirla con un valor añadido (más contenido), remezclarla, es crear contenido. La adhesión (hacer clic en “Me gusta” en una red social) es otra nueva mutación del contenido. La edición pasa a considerarse una forma de autoría.
3. El posperiodista se confunde con el curator (comisario). Seleccionar el contenido relevante en lainfoesfera de la sobreabundancia será una de sus principales tareas. Filtrar contenido será una de las labores del posperiodista.
4. Sobre el marco: tenemos que entender el posperiodismo como una estructura de código abierto en constante desarrollo. Nadie posee el periodismo. Cualquiera puede usarlo. Cualquiera puede mejorarlo. Cualquiera puede hackearlo.
5. La noticia – que no desaparecerá – deja de ser la unidad básica del posperiodismo. El flujo, un constante fluir de hechos, datos y declaraciones, pasa a ser la columna vertebral del posperiodismo.El fragmento pasa a ser la unidad mínima informativa. La información se convierte en un río compartidoque incorpora fragmentos distribuidos elaborados por periodistas y lectores. El río convivirá con una estructura informativa descentralizada (archivo en beta) inspirada en la Wikipedia. Algunos, camino insinuado por la P2P Foundation, preferirán añadir información al wikicuerpo de su marca que al río de flujos.
6. La información deja de ser un producto para ser una comunidad. En ocasiones, las comunidades girarán en torno al contenido generado por los posperiodistas. En otras, ellas mismas elaborarán su propio contenido. Los medios – con contenido propio o ajeno- pasan a ser una valiosa plataforma de interacciones.
7. La inmediatez pasa a ser considerada como un mero plug in o aplicación de algo mayor. Sin un sistema operativo, sin un gestor de contenidos, el plug in o aplicación informática es inservible. La inmediatez no es el epicentro del posperiodismo. La inteligencia colectiva de una ciudadanía armada de smart phones será el mejor aliado (y no enemigo) del posperiodismo para entender la inmediatez. Buena parte de las fuentes clásicas serán devoradas por esa inteligencia colectiva en tiempo real.
8. El posperiodismo prescribe sentidos a hechos ya conocidos. El lector descubrirá cada día menos noticias en las marcas informativas. Entenderá gracias a las marcas informativas, eso sí, los fragmentos ya conocidos. Por eso no basta con informar. No basta con comunicarse con los lectores. Explicar, analizar y contextualizar son características que se diluirán en todos los géneros narrativos.
9. Sobre la definición de relato: las historias se construyen con piezas de naturaleza diferente, con piezas superpuestas, con piezas moldeables. El relato adoptará nuevos e impredecibles formatos híbridos construidos con pedazos aparentemente inmezclables.
10. Sobre el eco del mensaje: prevalece la importancia de la circulación y de lo compartido. El mensaje será algo coral, distribuido, modificable, enriquecido y retroalimentado durante todo el ciclo de la comunicación. El eco –una nueva narración colectiva– se confundirá con el mensaje.