La explosión de Internet está propiciando el desarrollo de nuevos dispositivos con los que las personas cubren eventos y difunden su contenido rápidamente. Las nuevas tendencias van de la mano de blogs, dispositivos móviles, redes sociales y otras herramientas digitales, lo que ha permitido a la sociedad publicar sus propias historias. Esto está teniendo un gran impacto en cómo funcionan los medios tradicionales, porque el contenido generado por la ciudadanía ha contribuido en gran parte a la recopilación y difusión de noticias.
El periodismo ciudadano ha creado nuevas oportunidades y ha transformado los medios de comunicación de manera positiva, demostrando ser una parte efectiva en la transmisión de noticias y un activo para periodistas y editores. En África, por ejemplo, hay periodistas de Ruanda que “dan una propina” a los ciudadanos por informar de las noticias locales de su entorno; en Sudán, el periodista ciudadano Ryan Boyette ha publicado las represalias del gobierno sudanés por reunir testimonios, fotos y vídeos por parte de la ciudadanía; Twitter y la tecnología móvil ha permitido que los periodistas ciudadanos puedan publicar con mayor eficacia las consecuencias del régimen iraní, incluso cuando se ha bloqueado a las agencias de noticias; o las imágenes generadas por los usuarios de la prisión de Abu Ghraib, donde se permitió dar a conocer al público lo que ocurría dentro. Por lo tanto, el periodismo ciudadano no solo compite con los medios de comunicación, sino que también promueve y asegura en determinadas circunstancias su “rendición de cuentas”.
Además, ha sido admirado por su inmediatez en informar y esto ayuda a la labor del periodista profesional. También la sociedad está informando sobre las verdaderas historias acerca de sus vidas. El sociólogo Michael Schudon explica que cuando los ciudadanos que han vivido una desgracia en persona son los autores de la noticia, la información se expande porque “a sus lectores y al mundo provoca cambios sociales”.
Periodismo ciudadano vs periodismo tradicional
Pero el contenido ciudadano aún choca con los grandes medios de comunicación, principalmente en la cuestión de la falta de profesionalidad. Hay periodistas profesionales que acusan a los ciudadanos de que su contenido no cumple las normas éticas que todo periodista debe respetar, como la privacidad o la sensibilidad, pero, por ejemplo, durante la primavera árabe o el conflicto de Siria se ha respetado mucho la publicación de cadáveres de niños. También es criticada la falta de fiabilidad, ya que no es fácil identificar las fuentes; es cierto que es mucho más fácil asumir la responsabilidad para una persona que tenga una fuente directa o reconocible que para un periodista ciudadano.
Por lo tanto, de momento seguirá existiendo tensión entre los medios de comunicación y los ciudadanos, porque aquellos se están viendo amenazados. En su lugar, la sociedad está decidiendo lo que es noticia por su cuenta. El verdadero reto es la identificación de la fuente y la fiabilidad del contenido. Según Didier Niyomukiza, autor del artículo Assessing Mainstream Media Vs Citizen Generated Content, “el periodismo ciudadano perjudica a los medios de comunicación en cuanto a la profesionalidad, la ética profesional o el desempleo, pero los periodistas ciudadanos han aprendido las pautas profesionales básicas para informar tan eficientemente como sea posible”.
Imágenes | «A social media boom begins in Africa», de Africa Renewal, bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0 / «Mapped incident – Ushahidi», de Erik (HASH) Hersman, bajo licencia CC BY 2.0 / «Grocott’s Mail citizen journalism work area», de Kim Nowacki, bajo licencia CC BY-ND 2.0