Turquía se ha convertido en un caso paradigmático que pone de manifiesto el valor del periodismo ciudadano gracias al trabajo de iniciativas como @140journos. Así lo destaca desde Gigaom Mathew Ingram al señalar:
El valor que las herramientas de medios sociales como Twitter aportan al periodismo se hace aún más evidente cuando se utilizan en los países donde los medios tradicionales están fallando al hacer su trabajo, y el grupo de Turquía, @140journos es un ejemplo fascinante de este trabajo.
@140journos es el nombre de un destacado movimiento convertido en ejemplo del poder del periodismo ciudadano en Turquía, del que ya os hablamos en PC. Esta organización creada en 2011, comenzó a transmitir noticias en directo a través de Twitter tras el estallido de las revueltas en el parque Gezi y la plaza de Taksim de Estambul. Su nombre hace referencia al límite de 140 caracteres de los mensajes de Twitter y la palabra “Journos” alude al oficio de periodista, aunque, como ellos mismo señalan, “nadie en el proyecto es periodista profesional”.
Muchos periodistas tradicionales parecen odiar el término «periodismo ciudadano», señala Ingram, en relación a las numerosas críticas que recibe este fenómeno, aún así afirma:
«no hay duda de que esta tendencia es importante y útil y un ejemplo reciente es el trabajo realizado por un grupo llamado @140journos en Turquía.
Este movimiento ha realizado un trabajo especialmente importante utilizando Twitter para verificar los resultados de las elecciones en el país. Global Post destaca también el trabajo de este colectivo detrás del cual se encuentran más de 300 voluntarios. Según nos cuentan en este medio, veinte periodistas ciudadanos, se reunieron en una habitación para recopilar, verificar y tuitear alertas de noticias relacionadas con los colegios electorales, las protestas, y los resultados electorales no oficiales.
Tras las elecciones, los miembros de @140journos han utilizado las redes sociales para recopilar fotos originales de casi 200.000 colegios electorales de Turquía. Posteriormente, han comparo estas imágenes con los informes oficiales del consejo electoral y descubireron que, en algunos casos, los números no coincidían.
De acuerdo con Global Post, en las primeras 48 horas, @140journos «documentó 368 cifras inconsistentes de las encuestas» en varios miles de informes electorales, pero lo más importantes es que le han dado a la ciudadanía las herramientas y la posibilidad, de convertirse en garantes de las elecciones, verificando ellos mismos estas cifras.
Ogulcan Ekiz, cofundador de @140journos, afirmaba en entrevista con Global Post:
«Queríamos preguntar, ¿cuál es el poder de los medios de comunicación social? ¿Y si abrimos esto a la gente y dejamos que comprueben sus propias papeletas? Será un momento para que la opinión pública turca pueda comprobar sus propias elecciones. Esto es lo nuevo».
Frente al poder que las redes sociales y el periodismo ciudadano están demostrando en contextos especialmente represivos no es de extrañar que se intenten bloquear estas fuentes de información como ya sucedió con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, abriendo una campaña abierta de censura contra Twitter, por ser el canal elegido para difundir numerosas acusaciones de corrupción que pesan en su contra.
Este intento de censura no hizo mas que agudizar el ingenio de la población que rápidamente respondió con el movimiento #OccupyTwitter, y con todo tipo de alternativas frente al bloqueo, desde: mensajes SMS, servicios de DNS, redes VPN y programas anticensura como Tor para desafiar la prohibición, enviando millones de tweets.
No debemos olvidar que, según el Committee to Protect Journalists, Turquía es el país donde más periodistas son enviados a prisión. En este contexo lo que menos preocupa a este colectivo es si son o no periodistas, como destaca Ingram:
Lo que es igualmente fascinante sobre @140journos es que muchos de ellos ni siquiera se consideran a sí mismos periodistas, o que lo que hacen sea periodismo – o por lo menos, no están particularmente preocupados sobre el uso de esas etiquetas o por definir lo que significa (a diferencia de la mayoría de los periodistas profesionales). Como co -fundador Engin Onder dijo al Nieman Journalism Lab:
«Ninguno de nosotros en nuestro equipo tiene la intención de ser periodista … es mejor para explorar estas cosas sin conocer los principios del periodismo, porque no es un proyecto de periodismo, en realidad – es un proyecto de comunicación. «
Sin querer hablar de la sustitución del periodismo tradicional, ni pretender que este fenómeno se convierta en un adversario de esta profesión, el periodismo ciudadano ha venido para quedarse y colaborar mejorando la calidad de la democrácia y de la información que podemos generar, especialmente si lo hacemos teniendo en cuenta a la ciudadanía. Como destaca Ingram:
Esto encaja con mi teoría de que algunos de los actos más importantes e interesantes del periodismo de los últimos años han sido cometidas por no periodistas o periodistas, al menos, no profesionales – incluyendo a personas como el ex editor de la NPR, Andy Carvin, quien durante la Primavera Árabe (se hacía llamar un DJ de la información y describe Twitter como su sala de redacción ) y Moses Brown, un bloguero británico que se convirtió en un experto autodidacta en el armamento utilizado por los terroristas sirios.
Para los interesados, puede resultarles de utilidad el libro escrito por Andy Carvin, (Andycarvin.com, @acarvin en Twitter): Distant Witness. Social Media, The Arab Spring and a Journalism Revolution. El activo papel que Carvin mantuvo durante el estallido de las revueltas de la Primavera Árabe, le ha reportado numerosos reconocimientos y el título de: “el hombre que tuiteó la Primavera Árabe”, tal y como destacaba Jeff Jarvis al hablar sobre este libro que resume esta experiencia en detalle.