Las revueltas en Siria no dejan de acercarnos nuevos casos de violencia y atentados contra los derechos humanos y la libertad de expresión. La organización Reporteros sin Fronteras ha denunciado la muerte de cuatro periodistas ciudadanos en Siria:
Ahmed Abdallah Fakhriyeh tiroteado en Dmeir y Samir Al-Sham Shalab Mohamed Abu muerto por un proyectil en Homs, ambos el 14 de abril, y Alaa Al-Din Hassan Al- Douri, cuyo cadáver fue recuperado en la provincia de Hama ayer, y Khaled Mahmoud Kabbisho, ejecutado sumariamente (el 17 de abril) en Idlib.
Aunque RSF informa de las dificultades para confirmar la identidad de estos cuatro activistas y las circunstancias de su muerte, señalan las extremas dificultades que atraviesa el país agravadas por los serios problemas a los que se enfrentan todo tipo de informadores:
Cada día la violencia en Siria causa decenas de muertos y tiene un severo impacto entre los periodistas y los periodistas ciudadanos.
El gobierno hace caso omiso de sus compromisos internacionales y muestra pocas señales de poner fin a su brutal represión. La información sobre Siria se ha vuelto extremadamente difícil de obtener, hasta el punto de que no podemos confirmar con certeza la información acerca de la muerte de los cuatro periodistas ciudadanos.
Esperamos que la llegada de los observadores internacionales le permitirá al gobierno poner fin al aislamiento de medios que ha adoptado para que pueda continuar con su sangrienta represión, y llamamos la atención de los observadores a esta cuestión.
Esta misma organización otorgó este año el “Premio ciberciudadano” en reconocimiento a la labor desarrollada por los “Centros de Medios de Comunicación de los Comités de Coordinación Local de Siria” (LCC Siria). Precisamente este premio destacaba la labor de estos centro en un contexto en el que periodistas ciudadanos y blogueros se han convertido en los principales informadores de lo que sucede en el país y por ello son “amenazados y detenidos por el gobierno”. Estos comités se han convertido en el “único medio de mantener informado al mundo sobre la violencia que sacude al país. Los LCC Se han extendido a la mayor parte de los pueblos y ciudades del país”.
Estos son los datos que RSF hace públicos sobre los 4 periodistas ciudadanos fallecidos:
Fakhriyeh, de 35 años, tiroteado mientras conducía para filmar la llegada de las tropas del ejército sirio en Dmeir, a unos 40 kilómetros al noreste de Damasco. Era, precisamente uno de los miembros del comité de coordinación local premiado por RSF. Él había estado filmando eventos en Siria durante el último año.
Al-Sham, de 26 años, resultó herido cuando un proyectil de mortero impactó contra el edificio donde estaba grabando el bombardeo de dos barrios a manos de las fuerzas sirias de Homs. Los residentes no pudieron ir en su ayuda y murió poco después. Conocido por el apodo de Abu Layla, había estado cubriendo el levantamiento de Siria en Syria News Network durante más de un año.
Al-Duri, de 44 años, fue herido por una bala en un retén cerca de las antiguas ruinas de Apamea, a unos 40 km al noroeste de Hama. Fue detenida por las fuerzas de seguridad y su cuerpo muerto, con evidentes signos de tortura, fue entregado a su familia tres días después. Era un destacado activista que había renunciado a su puesto de trabajo hace más de un año para dedicar su tiempo al movimiento revolucionario. Estaba casado y tenía dos hijos.
Kabbisho fue ejecutad en Idlib después de haber sido detenido e interrogado por las fuerzas de seguridad sirias. Era otro activista, publicaba regularmente vídeos de las manifestaciones en Idlib a través de su canal en YouTube, estaba casado y tenía tres hijos. Su esposa está embarazada de su cuarto hijo.
Reporteros sin Fronteras también se hace eco, aunque de nuevo sin la confirmación, de la detención de Mohamed Al-Hariri el 16 de abril en Deraa. La organización teme que haya corrido la misma suerte que los otros periodistas ciudadanos. Al-Hariri apareció en el canal de televisión Al-Jazeera describiendo las operaciones del ejército sirio en la ciudad.