Medios y redes sociales como Facebook, LiveJournal y fundamentalmente Twitter están siendo las herramientas utilizadas para organizar e informar del desarrollo de las protestas y revueltas que se vienen sucediendo en la ex-republica soviética de Moldavia desde la victoria comunista en las elecciones legislativas del pasado domingo.
Los «tweets» con la etiqueta «#pman» se suceden velozmente compartiendo informaciones como que las autoridades han intentado anular la cobertura de los teléfonos móviles en el centro de la ciudad, invitando a unirse a las protestas y reportando en directo los incidentes de las concentraciones.
Como escribe Rosa Jiménez Cano en ElPaís.com:
Las revueltas de ayer en Moldavia, con entre 10.000 y 15.000 jóvenes protestando contra el comunismo en la calle, ya han marcado un nuevo hito. Por primera vez el uso masivo de Twitter ha sido relevante más allá de las fronteras del país, ha servido para generar ruido, organizarse y, sobre todo, comparar y compartir información. Hay quien ya lo denomina la primera revolución «twitter».
También el servicio de agregación Cloudapp está siendo utilizado para concentrar en una sola página toda la cobertura ciudadana de las protestas: posts en Twitter y blogs, fotografías y vídeos. Y en la red social LiveJournal, muy popular en la Europa del Este, la movilización es muy activa.
Natalia Moraru, identificada en la prensa rusa como una de las organizadoras del movimiento anti-comunista, publicaba hoy en su página de LiveJournal que los organizadores estudiantiles de las protestas no tienen relación con los brotes de violencia: «El grupo ‘Yo soy un Anti-Comunista’ declara que no tiene nada que ver con esos sucesos. Ninguno de los activistas del grupo participó en los disturbios. Ninguno de ellos violó las leyes de la República de Moldavia».
Fotos en Facebook y vídeos en YouTube se suman a las informaciones sobre las revueltas. Y medios ciudadanos globales como Demotix y Global Voices se ocupan asimismo de la situación en Moldavia.
Moldavia es un país que lleva 100 años debatiéndose entre Rusia y Rumania. Y esta división ha entrado de nuevo en juego, internacionalizando el conflicto, cuando el presidente del Partido Comunista de Moldavia, Vladimir Voronin, ha acusado a la vecina Rumanía de intentar derrocar a su Gobierno y estar detrás de unos disturbios cuyos organizadores han asegurado convocar como respuesta a un supuesto fraude electoral del partido gobernante.
Rumanía, miembro de la Unión Europea, ha rechazado esas declaraciones, considerándolas una «provocación». Y las potencias occidentales han instado a las partes en conflicto a mantener la calma y evitar que se repitan los incidentes del martes, en los que murió una persona, más de 270 resultaron heridas y 193 fueron arrestadas.
En Twitter, mientras tanto, siguen publicándose mensajes llamando a la acción, como el que anima a tomar la televisión estatal como respuesta al cierre de la frontera con Rumanía.
Hace no tanto, el «pásalo» a través de mensajes SMS situaba a los móviles como herramienta de primer orden para el activismo. Ahora, los dispositivos siguen siendo esos teléfonos, pero el desarrollo de la conectividad móvil ha llevado a sustituir los mensajes de texto por los «microposts» en Twitter.
Un sistema más versátil -con la posibilidad de incluir contenido multimedia- y que proporciona una mejor y más amplia difusión del mensaje emitido, con más posibilidades para la movilización y la interacción social.
Vía | Wired – Danger Room Blog