Cibercorresponsales es un interesante proyecto orientado a la infancia que utiliza las redes sociales para dar voz a estos jóvenes convertidos en pequeños periodistas ciudadanos. En entrevista con Olga Berrios, nos cuenta más sobre esta iniciativa.
– Cómo y por qué surge Cibercorresponsales.
En España, uno de los derechos de la infancia que menos se cumple es el derecho a la participación. No solemos reparar en él por inercia, pero es un derecho fundamental para que la sociedad sea realmente democrática. Por eso, la Plataforma de Infancia, una alianza de 50 entidades que trabajan con niñas, niños y adolescentes, lanza este programa hace ahora dos años.
Ahora además de un programa de participación juvenil lo entendemos como un medio de comunicación, para que la sociedad pueda conocer qué opinan las y los menores de 18 años, y también como un recurso educativo, ya que se utiliza desde grupos de jóvenes que están en asociaciones, centros educativos, concejalías… y hasta centros de menores y centros de jóvenes con medidas penitenciarias.
– A quien va dirigido y cómo participan en el sitio.
Va dirigido a grupos de jóvenes menores de 18 años que participen en alguna actividad educativa o de ocio y tiempo libre. Cada grupo tiene sus responsables, que suelen ser profes o monitores/as, pero también hay grupos autogestionados por jóvenes menores de edad en algún instituto.
Cada grupo decide el tema del que va a publicar en sus blogs: nos hablan de sus gustos musicales, de sus asignaturas, del amor y la amistad, de la contaminación, de un voluntariado que hacen, de la última película que han visto, de videojuegos, de lo que saben hacer (como tocar un instrumento o nos dan consejos sobre el uso de internet), etc.
Se suele utilizar como complemento a las actividades que estén realizando en su asociación o instituto, pero la mayoría de los grupos publican además sobre sus preocupaciones e intereses personales. Además, participan en un entorno seguro. Hacemos un seguimiento continuo de los contenidos y, como norma, en la comunidad se participa con pseudónimo y avatar para preservar la intimidad.
Para participar, quienes tengan interés, sólo deben ir a la web www.cibercorresponsales.org y rellenar el formulario del botón «Quiero participar». Entonces, la máquina se pone en marcha: contactamos, les ofrecemos formación y enviamos materiales de difusión como folletos, carteles, mochilas, etc.
– Qué es lo que más te ha llamado la atención hasta ahora del trabajo con menores a través de esta red social.
¡Muchas cosas! Casi cada día tenemos sorpresas. Quizá la que más destacaría es el contraste entre la alarma adulta sobre cómo usan la tecnología con el comportamiento de las y los cibercorresponsales en esta red: es emocionante cómo se animan, el respeto y la motivación que tienen.
Nos sorprende también cómo desmontan los tópicos sociales sobre la juventud: tópicos como que son pasotas o que sólo les interesa cierto tipo de cultura. En Cibercorresponsales nos hablan sobre la paz o contra el maltrato animal, sobre la política española, sobre muchos tipos de música (incluida la clásica), sobre deportes variados (no sólo fútbol, tenemos artículos sobre esgrima o piragüismo)… e incluso alguna vez hemos tenido artículos de repaso de alguna asignatura ante un examen, incluso uno lo hizo a través de un videojuego.
Además hemos descubierto cómo con esta herramienta se pueden trabajar asuntos muy difíciles, siempre publicando desde el anonimato. Hemos tenido artículos sobre chicas y chicos que sufren acoso escolar, que están en centros de menores o que viven una situación de maltrato demasiado cercana. Sus responsables afirman que los artículos y los comentarios que reciben les están sirviendo en su proceso de recuperación psicoafectiva. También es útil para que el resto de la comunidad se sensibilice y conozca estas situaciones.
Por ejemplo, en el caso de la persona que habló del acoso escolar, su grupo buscó documentación, vídeos y música de sensibilización. Incluso uno de sus compañeros confesó que él estaba molestando a otro chico, pero hasta entonces no se había puesto en el lugar del otro. En el caso de una de las personas que publica desde un centro de menores, hemos observado que, después de unos primeros artículos realmente duros, su tono ha cambiado. Ahora ha empezado a publicar relatos románticos o hablar sobre el uso de Facebook.
– Crees que el periodismo ciudadano es una buena herramienta pedagógica.
¡Por supuesto! No es nada nuevo: ya hace décadas Freinet o Kaplún tuvieron experiencias impresionantes utilizando la prensa o la radio para educar. Hablaban de escribir «para ser leído», despreciaban la idea de hacer deberes que mueren en un cuaderno. Pusieron en marcha medios de comunicación con los que el propio alumnado aprendía haciendo y, además, se ponía en contacto con su realidad y con más personas de su localidad o de otras partes del país. En Cibercorresponsales tenemos una oportunidad parecida, en este caso, usando la Red… y llegando a más personas y más lejos.
Por otro lado, no sólo la tenemos que considerar herramienta, la educación tiene el reto pendiente de la comunicación como objetivo didáctico: debe formar a la ciudadanía para que sepa comunicar, tanto en privado como en público. En una sociedad tan dependiente de la tecnología y la comunicación, es básico que tengamos criterios para cambiar de canal, para elegir varias fuentes de información o para compartir nuestras inquietudes con la sociedad.
Además, tengamos en cuenta que, para participar en la sociedad, el primer paso es tener una buena información. La comunicación no sólo es una herramienta pedagógica… ¡es un derecho humano!
– Danos, si tienes, algunas de las cifras más destacadas de este proyecto. (Usuarios, post, participación, lo que quieras)
Actualmente contamos con casi 500 cibercorresponsales, aunque son más porque