«Guerrillers del teclat», (Guerrilleros del teclado), es el título del libro de la periodista catalana Lali Sandiumenge, publicado por La Magrana. En este trabajo Sandiumenge, especialista en información internacional, analiza el papel que los activistas, blogueros y periodistas ciudadanos han desempeñado en las conocidas como revueltas de la Primavera Árabe, desde la llegada de Internet al norte de África y Oriente Próximo, en 2001, hasta la caída de Mubarak, en el 2011.
Tal y como señala Javier Valenzuela en su estupendo artículo en El País, este libro también analiza «cómo las herramientas digitales fueron evolucionando desde los foros y blogs iniciales hasta, a partir de 2007, las redes sociales Facebook y Twitter».
En entrevista con ABC Sandiumenge considera que las revueltas árabes «han facilitado mucho el activismo«:
La blogosfera política egipcia ha sido, y es, la más potente del mundo árabe, y siempre ha tenido un pie en la Red y otro en la calle.
En declaraciones a Efe, esta periodista independiente rememora el verano de 2004, fecha en la que llegó a Egipto con su familia y empezó a descubrir el fenómeno de los «activistas digitales árabes» y en donde permaneció hasta 2007. El libro pretende:
explicar como la llegada de Internet permite una libertad de expresión y de disidencia ‘online’ que antes no había y como se aprovecha esa herramienta para crear un nuevo modelo de enfrentamiento a los diferentes regímenes.
En este trabajo Sandiumenge profundiza en las historias personales de algunos de los ‘blogueros’ con los que estableció contacto durante su estancia en Egipto. La periodista distingue dos tipo de activistas o ‘blogueros’, que denomina «de la primera generación digital» frente a «la segunda generación, que utilizan mucho Twitter y Facebook.
En el libro destaca el señalado papel jugado por los autores de estos ‘blogs’ como armas de disidencia y también plataformas de las comunidades menos favorecidas o sometidas a la censura de sus respectivos regímenes.
En el caso de Egipto destaca el papel desempeñado por estos activistas de la revolución al denunciar «los abusos de la junta militar y continúan con la tarea de desmantelar el régimen, porque para ellos la revolución continua, después de que consiguieran en apenas dieciocho días cargarse a un dictador».
En Túnez, otro de los países en los que profundiza en esta crónica, apunta que lo que se está haciendo desde la red es, principalmente, «periodismo ciudadano».