La pena de muerte parece ser la solución encontrada por las autoridades chinas para hacer frente a los disturbios interétnicos de Urumqi, la capital de la región musulmana de Xinjiang donde el domingo se registraron al menos 156 muertos, más de un millar de heridos y 1.400 detenidos, muchos de ellos estudiantes, (según cifras oficiales).
«Aquellos que hayan cometido crímenes serán ejecutados», ha prometido el secretario del Partido Comunista en Urumqi, Li Zhi, mientras el ministro de Seguridad Pública, Meng Jiangzhu, ha declarado que «los principales alborotadores deberían ser castigados con la máxima dureza».
Como ya os contamos en PC, el bloqueo a Internet continua y por lo tanto, también aumentan las dificultades para informar de sus periodistas ciudadanos, así lo cuenta el Guardian, quien además informa del bloqueo de Internet en algunas partes de Xinjiang para «impedir que los disturbios se propaguen». «Las señales de telefonía móvil en Urumqi se han interrumpido intermitentemente y los mensajes han sido bloqueados.»
Según el Guardian, los medios de comunicación extranjeros, parece que tienen un poco mejor el acceso a la información, aunque el acoso no ha desaparecido por completo. «Los periodistas han sido amenazados por la multitud enojada Han, y a veces, requieren la protección de la policía».
Twitter, que permitió la cobertura de las primeras etapas de la protesta, ha sido bloqueado, junto con su homólogo chino, Fanfou, accesible también en los inicios del conflicto. Aún así, las tags #xinjiang, #urumqi y #Uyghur siguen suministrando gran cantidad de información. «Facebook es inaccesible en muchos lugares. YouTube ha sido durante mucho tiempo restringido. Muchos sitios web y foros de discusión chinos se censuran a sí mismos.»
A pesar de estos intentos por bloquear la información, Youtube sigue ofreciendo terríbles imágenes sobre la situación que se está viviendo en la capital de Xinjiang, como este vídeo del South China Morning Post. A lo largo de estos días veremos si las autoridades chinas son capaces de censurar la subida de material informativo a la red.
Boston.com publica una serie de imágenes de gran tamaño sobre el conflicto.
El acoso y derribo contra internet también alcanza a distintos sitios Web, sospechosos de haber ayudado a organizar los disturbios. Radio Free Asia ha informado de que Ilham Tohti, un destacado economista uighur y posible instigador de las revueltas del 5 de julio en Urumqi, ha desaparecido. Según informa Boxun.us, este profesor universitario de economía, defensor de los derechos humanos y creador del blog Uighurbiz.cn, ha sido detenido en Beijing, su ciudad de residencia.
China ha acusado a Rebiya Kadeer, la líder del Congreso Mundial Uigur, que vive en el exilio en Washington, de planear los disturbios.
James Miles periodista de The Economist, compara la situación actual con los incidentes ocurridos en el Tibet el año pasado y afirma:
El año pasado, el estado los medios de comunicación y el Ministerio de Relaciones Exteriores se volvieron contra los periodistas extranjeros, por lo menos 10 de los cuales recibieron amenazas de muerte por su cobertura de los disturbios tibetanos. Este año, están menos reprimidos que los periodistas ciudadanos nacionales.
Este cambio de actitud, especialmente represivo hacia los periodistas ciudadanos locales nos hace pensar que, tal vez el gobierno, vea potencialmente más peligrosa la información cercana, desde el lugar de los hechos, que las coberturas de los medios tradicionales. En cualquier caso, la situación es preocupante dada la agresividad de la ofensiva y las grandes medidas restrictivas impuestas. Ante esta situación, desde PC nos preguntamos: ¿qué pasará con todas estas personas si no pueden informar con libertad sobre su situación ni los medios tradicionales, ni los periodistas ciudadanos?