
En una época en la que las voces independientes se enfrentan a la censura, y a posibles represalias violentas en todo el mundo, el nombre de Maran Perianen se alza como símbolo de resistencia informativa desde la ciudadanía. Este periodista malasio es el fundador de Citizen’s Journal, (@CJMalaysia), un medio ciudadano que ha demostrado que no hace falta una gran redacción para generar impacto: basta con una cámara, una causa y las herramientas adecuadas.
Desde su participación en un programa impulsado por el International Center for Journalists (ICFJ) y la organización Malaysiakini en 2008, Perianen ha formado a más de 800 personas en videoperiodismo y prácticas éticas de información, muchas de las cuales hoy ocupan cargos en medios, gobiernos locales o como periodistas profesionales.
“Con los conocimientos y el apoyo necesario, cualquier ciudadano puede convertirse en un agente de cambio”, afirma.
Uno de los casos más notorios surgió del trabajo de Jimmy Leow, un reportero ciudadano formado en este programa, quien expuso una carretera abandonada en Penang. Su investigación logró que el gobierno regional actuara de inmediato, demostrando cómo una denuncia local, realizada desde el compromiso ético, puede sacudir a las autoridades.
“Empoderar con información es fortalecer la democracia”, sostiene.
Daniel Teoh transforms tourism with Native Discovery, treating indigenous communities as equals. Sustainable ventures redefine travel experiences.
— CJMY (@CJMalaysia) November 11, 2023
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El modelo de formación de Perianen fue tan efectivo que otras organizaciones en el Sudeste Asiático lo han replicado. Desde comunidades indígenas en el interior de Borneo hasta trabajadores migrantes en zonas industriales de la Malasia peninsular, la capacitación se adaptó a cada realidad local. Además, el medio Malaysiakini integró reporteros ciudadanos en su redacción profesional, reconociendo la calidad e importancia de sus aportaciones.
Este tipo de proyectos han cobrado aún más relevancia en tiempos de desinformación y sobrecarga digital. Según el Digital News Report 2024 de Reuters, el 56% de las personas a nivel global tiene dificultades para identificar si una noticia es verdadera o falsa.
Frente a este escenario, Perianen y su equipo desarrollaron un módulo de formación basado en principios del periodismo ético, que ha ayudado a construir una cultura de responsabilidad ciudadana. No solo se trata de contar lo que ocurre, sino de hacerlo con integridad, sin sensacionalismo y con respeto por los hechos.
En un contexto como el de México, donde periodistas ciudadanos como “El Fénix” han sido asesinados por ejercer su derecho a informar, la historia de Perianen cobra aún más peso. El periodismo ciudadano no es un sustituto del profesionalismo, sino una extensión de la democracia informativa.
Frente a la violencia, la censura y la concentración mediática, empoderar a la ciudadanía para contar lo que vive es una forma de resistencia. Como lo demuestra el caso de Malasia, cuando se ofrecen formación, apoyo y plataformas seguras, los ciudadanos no solo denuncian: transforman.
Puedes encontrar más información sobre los programas del ICFJ y cómo apoyar el periodismo ciudadano en https://www.icfj.org/
