Uno de los argumentos que con cierta frecuencia se utilizan para denostar al periodismo ciudadano es la falta de rigor periodístico, dando a entender que no fuera mas que un coladero de bulos y falsas informaciones. Es una acusación injusta y tendenciosa, que confunde periodismo ciudadano con lo que no lo es en un sentido estricto —por ejemplo, republicar contenidos en las redes sociales— y desconoce o prefiere ignorar los esfuerzos que ya desde hace años han realizado los medios ciudadanos para verificar la información antes de publicarla. GroundReport, Ushahidi con Swift River o Blottr son solo algunos ejemplos de ese interés por ofrecer una información fiable y rigurosa.
No siempre resulta sencillo verificar la información. Y también a veces no se hace con el rigor suficiente. Pero tirando del dicho, «en todas partes cuecen habas». Un reciente caso de información falsa ampliamente difundida muestra que los medios profesionales también podrían ser acusados en ocasiones de esa falta de rigor.
En un mundo donde la información se propaga con mayor rapidez y alcance que nunca, su verificación por parte del emisor de origen resulta especialmente necesaria, y todos los esfuerzos en ese sentido serán pocos. European Journalism Centre, en un artículo de Jenny Hauser que cita el trabajo de cobertura de Andy Carvin en la Primavera Árabe y más en concreto en el actual conflicto sirio, ofrece cinco pasos a seguir para verificar la autenticidad de un vídeo ciudadano:
- Lo primero que se debe hacer para verificar cualquier vídeo es encontrar la fuente original, si es posible la persona que lo grabó. Examinar el canal de YouTube donde se ha publicado puede aportar pistas sobre si el vídeo es o no el original. Si otros vídeos publicados en la misma cuenta de YouTube fueron grabados en otras partes del país, es probable que el usuario haya copiado el vídeo desde otro lugar. También puede tratarse de un usuario que ha «reenvasado» viejos vídeos alegando que muestran los recientes acontecimientos. Realizar una búsqueda en YouTube con palabras clave que describan el vídeo puede servir para rastrear la versión más antigua. Y herramientas online como TinEye o la búsqueda de imágenes de Google también ayudan a comprobar si un vídeo es antiguo o reciente.
- Buscar puntos de referencia u otros elementos distintivos en las imágenes del vídeo. Las imágenes de satélite de Google Maps permiten comprobar si esas referencias están en la ubicación pretendida.
- Muchos periodistas ciudadanos sirios han establecido Comités Locales de Coordinación. Estos han sido particularmente activos en Facebook. Los comités cubren diferentes áreas y ciudades y proporcionan información actualizada sobre las batallas y las condiciones del terreno en su región, resultando de un valor incalculable para comprobar si un incidente mostrado en un vídeo ocurrió efectivamente allí.
- Para saber lo que se dice sobre el vídeo se puede tomar el código identificativo en la url del video y usarlo para una búsqueda en Twitter. A menudo hay gran cantidad de tuits cuando un vídeo es nuevo y no se ha visto antes. La primera persona que lo compartió en Twitter también puede que sea el propietario original del vídeo.
- Por último, pero lo más importante, siempre vale la pena entrar en contacto directo con quien subió originalmente el vídeo para preguntarle acerca de su contenido.
Imagen | Flickr de Chuck Olsen bajo licencia Creative Commons