El periodismo, lo mismo que otras tantas disciplinas hace ya mucho tiempo que se ha convertido en un bosque, complejo, oculto por una multitud creciente de adjetivos; entre ellos los de digital, ciudadano o «dos-punto-cero». También, como tantos otros ámbitos, el de contador de historias cotidianas es un oficio permeable a la retórica imperante en cada momento.
Ha pasado algún tiempo desde que Henry Jenkins se convirtiera en el inesperado gurú de la narrativa transmedia (vamos a aceptar el anglicismo sin más) tras la publicación de su artículo en la popular Technology Review del MIT. El concepto ha calado en la lógica económica de la industria del entretenimiento: hoy no es extraño ver como las tradicionales «franquicias» de Hollywood se extienden más allá del cine, construyendo personajes e historias que son capaces de capturar lo que no hace muchos años eran mercados disjuntos. Películas, libros y videojuegos forman parte de un espacio narrativo en el que los personajes de ficción crecen y se popularizan con más fuerza que nunca.
Podemos encontrar muchas definiciones de lo que es y lo que no es la narrativa transmedia. El decálogo propuesto por el propio Jenkins puede proporcionar una base suficiente para el debate. Pero mientras las discusiones en diferentes ámbitos académicos y profesionales se reproducen, el fenómeno crece alimentado por la realidad de la Red y la vida cotidiana y conectada de una proporción cada vez más mayor de la ciudadanía.
El periodismo es narrativa, pero no es ficción. Trabaja con historias rápidamente obsolescentes y generalmente complejas. Cuenta con multitud de formatos, medios y canales para contar esas historias y, lo más importante, una capacidad creciente para involucrar a su potencial consumidor en la construcción de las mismas, así como en la disección de los «personajes» que forman parte de ellas.
Contenido generado por el usuario (UGC, User-Generated Content) y medios «sociales» para la información, la relación y la comunicación conforman, en una interacción cada vez más intensa y rica, un escenario en el que el periodismo será transmedia… o no será.
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Imagen | Flickr de Bud Caddell bajo licencia Creative Commons