Globalvoices se hace eco del testimonio de Sun Fawu, un minero retirado de 57 años que denunció su encierro en el Centro de Salud Mental de Xintai donde fue obligado a consumir medicamentos para enfermos mentales durante 3 meses y 5 días por presentar «peticiones» o «protestas» a la administración.
303 relevantes ciudadanos chinos han decidido conmemorar el 60th aniversario de la Declaración de los derechos humanos firmando su apoyo a la carta abierta, llamada «Carta 08», abogando por una serie de cambios en China. Se solicita una nueva constitución, más amplia, elecciones democráticas y libertad de expresión, de asociación y de religión.
Ahora los afectados tienen la satisfacción de ver sus reclamaciones publicadas en Internet y excepcionalmente, en los medios de comunicación estatales. El caso fue publicado por un periódico de Beijing como el caso de los «peticionarios» – los que viajan a la capital para exponer sus quejas y peticiones a las autoridades centrales para su apoyo.
Dos docenas de personas protestaron fuera del Ministerio de Relaciones Exteriores en Beijing ayer, con motivo del 60 º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos denunciando miles de presuntos abusos del gobierno.
El New York Times se ha echo eco del caso, y también su sección de blogs. En Digg roza los 800 votos y un centenar de comentarios.
Bob Chen nos cuenta el origen de la protesta de Sun, que se remonta a 1988, año en el que los agricultores empezaron a ser indemnizados por dejar sus tierras para el desarrollo de la minería. Tanto Sun como otros aldeanos han afirmado que más de 300 hogares en la aldea no tienen una indemnización.
En 2004 Sun, fue detenido durante 14 días, bajo la acusación de «perturbar el orden social». En 2005, fue condenado a un año de cárcel. En 2007 fue enviado a un «asilo» en el que permaneció 3 meses y 5 días tratado con medicación. Sun sólo fue liberado cuando accedió a firmar un documento en el que admitía estar enfermo mentalmente y en el que se comprometía a «no realizar más peticiones».
Lao Shi, un jubilado de 84 años, fue enviado en 2006 por el gobierno de Tianbao al mismo hospital tras viajar a Pekín para quejarse por un disputa sobre su propiedad. En los 2 años y 5 meses que pasó allí, Shi ha tratado de recopilar pruebas sobre los «peticionarios» que figuran en el manicomio. Hasta el momento ha grabado a 18 y continua encerrado.
En su momento todos los afectados tenían motivos distintos, ahora todos tienen la misma queja: «que fueron detenidos ilegalmente por los funcionarios locales».
Vía I globalvoicesonline.org, blogs.wsj.com, fotos de news.bbc.co.uk, taipeitimes.com