Hassan Addahoumi tuvo que huir de su Libia natal a finales de 1970, expulsado de su patria por Muamar Gadafi. Desde Columbia, Carolina del Sur, observaba los disturbios vividos en Libia con preocupación. Ante esta situación, su hijo Sammi Addahoumi, decidió regresar a Benghazi, Libia, 30 años después de su exilio, para convertirse en testigo de la revolución.
Frente a la restricción informativa y especialmente tras el veto a la entrada de corresponsales en el país para cubrir el conflicto, Sammi decidió ampliar su trabajo como gerente en un restaurante y convertirse en corresponsal de iReport, el canal de periodismo ciudadano de la CNN, una decisión que según nos cuenta el padre de Sammi en WISTV le ha llenado de satisfacción:
Estoy muy orgulloso de mi hijo es una parte de la revolución allí, para que la historia no se repita en el norte de África.
Su trabajo le ha llevado a salir en los informativos dando a conocer al mundo su particular historia como corresponsal de iReport.
Esta necesidad de rebelarse e informar, continúa explicando Hassan, «se extiende a toda la generación de su hijo, un grupo que creció bajo el régimen de Gadafi». «La presión sobre la gente explotó, y dijeron que ya es suficiente». «Se unieron desde el este al oeste, viejos y jóvenes, dijeron este régimen tiene que terminar.»
Addahoumi dejó su país después de estudiar derecho en Benghazi ya que, destaca: «El régimen era muy, muy difícil». «Si te quedabas allí, acababas en la cárcel o en el cementerio.»
Su hijo Sammi, enviado de CNN iReport con 28 años, se muestra esperanzado con la caída de Trípoli y de Gadafi.
Según el Dr. Kenneth Perkins, profesor jubilado de la USC, la revolución con el tiempo ayudará a estabilizar la región.
Tenemos que alegrarnos de que esto suceda esta es la liberación de un pueblo que ha vivido en circunstancias que la mayoría de nosotros encontramos difícil de imaginar.
