«No creo que haya neutralidad en nada, siempre hay una manera de percibir el mundo, distinto es el que no es neutral premeditadamente, pero eso es algo imposible de asegurar». Así daba comienzo la intervención de Tito Drago, periodista y corresponsal de la agencia IPS, en esta segunda jornada del II Congreso Internacional de Blogs y Periodismo en la Red de la UCM.
En su análisis de las ventajas e inconvenientes del Periodismo Ciudadano frente al Periodismo Tradicional, parece ser que las diferencias no son tantas. Drago comentaba que los blogs usan un lenguaje que no trata de explicar la actualidad pero también los periódicos opinan y compiten con los directores o propietarios de los medios. «Las bitácoras son un universo en el que se puede hacer de todo, pero también dependen de los propietarios de los medios».
A diferencia de los medios ciudadanos «en el periodismo tradicional existen unas normas en las que se exige la veracidad, cosa que no sucede en los blogs«. En favor de los medios ciudadanos destacó la confluencia de múltiples fuentes de información y la posibilidad de criticar y opinar con mucha mayor libertad y rapidez que en un medio tradicional con las clásicas «cartas al director». La participación es un tanto a favor de las redes sociales. Según las cifras de Drago, un millón y medio de blogs en nuestro país nos sitúan a la cabeza de Europa, un número de usuarios impensable para los medios tradicionales, Ohmynews tiene 15 millones de visitas diarias, pero a veces las ventajas se convierten en inconvenientes y esa instantaneidad favorece un diálogo más directo, pero también dificulta la corrección y contraste de la veracidad de la información, ahí el gran reto de los nuevos medios.
Drago planteaba la solución a este problema, que entronca con la dificultad de legislar en Internet sin caer en la censura, (como ya hemos visto en Cuba o China), creando una nueva profesión de editores responsables. Como propuestas de cara a este complicado reto, la posibilidad de inscribir a todos aquellos que quieran participar en un medio para así poder controlar esos contenidos.
La solución no es sencilla pero el reto queda en el aire, o mejor dicho, en el ciberespacio.