En poco más de un año desde su creación, Radar, una organización de defensa de los Derechos Humanos, está consiguiendo grandes logros. El periodismo ciudadano se ha convertido en una de sus herramientas fundamentales para dar a conocer al mundo las historias que, normalmente, suelen permanecer silenciadas. La formación es uno de los pilares de esta plataforma que el año pasado ponía en marcha un programa de capacitación destinado a cubrir las elecciones generales del 4 de marzo de 2013, además, con The Guardian, realizaron también una serie de talleres en el Big Tent Activate Summit en Dheli.
Esta organización con sede en el Reino Unido, ha encontrado en la telefonía móvil una poderosa herramienta de denuncia que permite que los protagonistas puedan contar sus propias historias para mejorar así sus condiciones de vida. Hasta el momento, han capacitado a mas de 250 periodistas ciudadanos y su labor continúa.
Desde Fast Coexist nos hablan de los buenos resultados cosechados hasta el momento y del impactante reportaje publicado por New Internationalist sobre la mutilación genital femenina. En esta entrevista Samora Asere, una mujer Samburu perteneciente a una tribu del norte de Kenia donde todavía se practica este ritual, habla de primera mano de las razones por las que persiste esta terrible práctica. En África cerca de 101 millones de niñas de 7 a 10 de edad han sufrido este tipo de mutilación.
Esta organización se ha convertido en un ejemplo de cómo se puede llegar a las páginas de prestigiosas publicaciones internacionales como The Guardian o New Internationalist, a través de la fuerza de los testimonios de primera mano que han conseguido recoger. Según Libby Powell, co-fundadora y directora de Radar, junto a Alice Klein, la fuerza de estos reportajes radica en la profundidad de sus testimonios, algo que no suele encontrarse en la prensa occidental.
Sin embargo, Powell reconoce que resulta complicado llamar la atención de los editores profesionales debido al ritmo vertiginoso con el que trabajan, a la competitividad que sufren y la reducción de ingresos que han vivido las salas de redacción con la crisis, sin embargo y por todas estas razones, Powell asegura que, frente a esta situación, el periodismo ciudadano ofrece grandes oportunidades. «Podemos invertir en jóvenes reporteros, compartir nuestras habilidades», para así ofrecer información de mayor calidad desde el lugar de los hechos.
Esta organización sigue luchando para tratar de resolver este tipo de problemas a través de la capacitación de nuevos periodistas ciudadanos que puedan contar este tipo de conflictos desde el interior de estas comunidades. También realiza importantes labores de consultoría así como estableciendo acuerdos de colaboración con organizaciones no gubernamentales.