Es la pregunta que nadie parece hacerse cuando se teoriza sobre el periodismo ciudadano o se realizan rotundas manifestaciones a su favor y en su contra. Se cuestiona o se ensalza el trabajo de infinidad de reporteros ciudadanos repartidos por todo el mundo, pero… ¿alguien les pregunta sus razones y motivaciones para dedicarse a esa labor?
Eso lo que ha hecho KJ Mullins para Digital Journal, preguntando a un grupo de colaboradores de ese medio por qué decidieron comenzar a trabajar como periodistas ciudadanos y qué es lo que les hace seguir cumpliendo esa función.
Mullins reconoce haberse visto sorprendida por las diferentes respuestas. Desde cuestiones de salud hasta el deseo de tener una voz propia, las causas que pueden mover a alguien a adentrarse en el terreno del periodismo ciudadano son de lo más diverso.
Ella misma, que escribía ficción, se inició por la simple curiosidad de comprobar si su talento como escritora podría aplicarse a las historias del «mundo real».
Esta afición a la escritura, con mayor o menor dedicación a ella, es una de las razones más habituales para dar el salto a publicar un blog, antesala común del periodismo ciudadano, o dedicarse directamente a éste.
Como es el caso de Bart B. Van Bockstaele, quien además es un convencido de la necesidad de compartir el saber: «El conocimiento debería ser algo para todos, fácilmente accesible».
También Mike Krachan era ya un escritor, pero sus inicios en el periodismo ciudadano respondieron a una necesidad concreta, informar sobre asuntos relacionados con el 11S.
Carol Forsloff, por su parte, editaba un pequeño periódico en Lousiana, pero sentía la necesidad de publicar un material que no encajaba en los cauces del periodismo tradicional. El periodismo ciudadano fue la solución que encontró.
Un problema de salud, por el que estaba perdiendo la voz, fue la situación de inicio de Carolyn Price. Escribiendo podía comunicar todo aquello que su voz no le permitía expresar.
También la salud obligó a Nikki Weingartner a permanecer en cama. La escritura y el teléfono móvil, vía para obtener información de diversas fuentes, abrieron paso al periodismo ciudadano.
Para Michael Cosgrove fue una propuesta directa de los responsables de un medio ciudadano, que se dirigieron a él para animarle a escribir para ese medio.
Estos son sólo algunos casos consultados por Mullins, pero seguro que hay muchas otras historias diferentes -y entre ellas las habrá más peculiares y sorprendentes- detrás de cada persona que en un momento optó por convertirse en periodista ciudadano o se encontró casualmente con esa circunstancia.
Y tú, si lees esto, ¿cómo es que te dio por eso de ser periodista ciudadano?
Vía | Digital Journal
Imagen | Eduardo Ávila entevistando a los miembros de ConVerGentes, en el Flickr de Oso