Cuando accedemos a Fuego, el bot para Twitter creado por Nieman Journalism Lab, recordamos los clásicos agregadores de blogs que hace un tiempo se multiplicaban por la Red. Y es que en resumen, como esos agregadores, lo que hace Fuego es recopilar contenidos externos –desde Twitter, en este caso– y presentarlos conjuntamente en una misma página.
Fuego fue creado con la intención de monitorizar la red de microblogging y extraer lo que en ella se dice sobre el futuro del periodismo –o el periodismo del futuro– en un sector preconfigurado del universo de Twitter. Cada hora, Fuego recoge los enlaces compartidos, «analiza su popularidad y frescura, hace un poco de matemáticas, y determina los que se encuentran en el centro de la conversación».
Las entradas en Fuego representan historias de las que la gente está hablando en Twitter. La disposición de estas entradas viene marcada por su importancia, con las historias más discutidas en los primeros lugares, y cada una de ellas contiene el titular de la historia, el enlace a su fuente y un tuit de entre los que la comparten, para proporcionar el contexto de por qué se está hablando de ella.
Recientemente, Nieman Lab decidió compartir el programa sobre el que corre Fuego, liberando su código para que pueda ser utilizado por cualquiera. Esta distribución abierta es OpenFuego, ofrecida bajo una licencia MIT.
El proceso de instalación, explican en Nieman Lab, es similar al de WordPress. Hay que crear una base de datos y seguir después las indicaciones de configuración en el archivo config.php.
Tras ese proceso de instalación nos resta definir qué fuentes ha de agregar nuestra copia de Fuego. Para ello, debemos seleccionar un grupo de «autoridades», que son los usuarios de Twitter que estarán a disposición del programa para realizar su seguimiento.
Después de identificar a esas «autoridades», en un número máximo de 15, OpenFuego hace el resto. La aplicación les sigue en Twitter, así como a todas las personas que esos usuarios siguen, hasta un total de 5.000 fuentes. Cuando una de esas fuentes comparte un enlace, éste se califica de acuerdo a la influencia de la fuente, determinada por el número de «autoridades» que la siguen.
Este proceso se repite constantemente y es lo que la distribución de OpenFuego proporciona ( el back-end). El front-end, la disposición de los datos en una página web para que puedan ser consultados por los usuarios –como se ven en Fuego–, es algo que ya tendremos que desarrollar por nuestra cuenta, aunque la distribución contiene algunos ejemplos de front-ends para ayudarnos a implementar el programa.
Vía | Nieman Journalism Lab