Se presenta como la primera asociación en el mundo que adiestra y acredita periodistas ciudadanos, y define su misión como la de reclutar, formar y motivar a ciudadanos para que cubran las noticias y eventos en sus comunidades locales.
Es la estadounidense National Association of Citizen Journalists (NACJ), creada por Ronald D. Ross, anterior propietario y editor de un semanario local, Tidbits of Douglas County en Colorado, y Susan Carson Cormier, ex-reportera y editora interesada en el periodismo ciudadano.
Esta asociación dice ofrecer a sus miembros una variedad de cursos para que aprendan a recolectar, editar y distribuir noticias, así como la posibilidad de establecer relaciones en una comunidad de periodistas ciudadanos y obtener una credencial que presentar cuando vayan a cubrir algún evento.
Los miembros pueden serlo en tres categorías -Intern, Cub Reporter y Beat Reporter-, que implican distintos niveles de formación y también una cuota de membresía diferente. Si ser Intern no requiere pago alguno, el Cub Reporter debe pagar 60 dólares anuales y la cuota para el Beat Reporter asciende a los 120.
Todos lo miembros, sea cual sea su nivel, reciben una copia del manual «31Ways You Can Write, Produce and Distribute News About Your Community» y el e-zine semanal «Citizen Journalist Post,» con información sobre lo que va ocurriendo en el mundo del periodismo ciudadano.
El Cub Reporter, por su parte, tiene derecho a dos seminarios online, que llegan a ser cuatro para el Beat Reporter, quien tiene también otras ventajas adicionales, como el poder ser elegido para optar a premios de Periodismo Ciudadano o poseer credenciales acreditativas y diplomas que certifiquen la formación recibida.
Aunque en la descripción general de la formación impartida se habla de audio y vídeo, los seminarios disponibles por el momento sólo abordan la redacción de noticias, la manera de cubrir los asuntos públicos locales o cómo realizar una entrevista.
Lanzada hace poco, en julio de este año, la web de la NACJ -y de manera especial sus «tripas», el código HTML detrás de ella- nos deja la sensación de haber viajado en el tiempo, regresando a aquellos sitios de hace años que ahora se dirían de la Web 1.0. Y el exceso de retórica, sin que lo sustancial quede totalmente claro -como el tema de la formación-, es más propio del marketing que de la web de una asociación. Como el recurso a los diplomas de «periodista ciudadano certificado».
No en vano Ronald D. Ross, antiguo pastor eclesiástico, se desenvuelve también en el campo de la autoayuda, y el relato del origen de la NACJ no deja de presentarle, en cierta forma, como un avanzado visionario:
En 2008, el Dr. Ross vio la necesidad de que las comunidades locales tuvieran sus propios periódicos online, por lo que empezó a investigar diversas vías para lograr ese propósito. Decidió que hacían falta periodistas ciudadanos adiestrados para que esos medios resultarán exitosos. Y se le ocurrió la idea de una serie de seminarios online de bajo coste en los que los ciudadanos pudieran aprender los fundamentos para investigar, entrevistar y escribir artículos sobre las noticias y los asuntos locales. Esta idea cobró vida propia cuando su visión se convirtió en la National Association of Citizen Journalists.
El asunto es que mucho antes de que Ross tuviera su visión, y en particular en Estados Unidos, el periodismo ciudadano hiperlocal era ya una realidad extendida para la que se construían plataformas de creación de medios, se ofrecían recursos de ayuda, se creaban buscadores y agregadores y se impartían, desde los propios medios o en el ámbito universitario, cursos y talleres de formación, de carácter gratuito, que en la actualidad se siguen organizando.
Nada nuevo, pues, en el pretendido descubrimiento del Dr. Ross. Ni nada original en las propuestas que desde su asociación se lanzan.
A la vista de todo esto, la duda que nos surge es tan lógica como lícita: ¿es la NACJ una verdadera asociación de periodistas ciudadanos o sólo un intento de rentabilizar el tirón popular de un fenómeno en auge?