Aunque no existe un acuerdo sobre los límites de esa zona geográfica que como su nombre indica ocupa la parte central de Asia, la definición más común acepta que está comprendida por una serie de repúblicas ex-soviéticas (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) más Mongolia y la Region Autónoma de Xinjiang en China.
Ese es el territorio de exploración de «Citizen Journalism in Central Asia: Challenges and Opportunities of the Growing Online Community» (PDF), un informe de Eurasia 21 que analiza la situación del acceso a Internet y la participación ciudadana online en esos países.
Aunque el crecimiento en número de usuarios se está acelerando últimamente, dice el informe, la región sigue teniendo una de las tasas de acceso a la Red más bajas, incluso entre los países en vías de desarrollo. Un dato que unido a las circunstancias socio-económicas sugiere que son las clases más privilegiadas, las dirigentes, quienes tienen más facilidad para ese acceso.
El informe repasa país por país, tanto en ese aspecto del acceso como en el de las posibilidades actuales para el desarrollo y crecimiento de la comunidad de bloggers y periodistas ciudadanos, detallando las condiciones políticas de cada país con respecto a la censura gubernamental, que varía de unos países a otros.
En ese sentido, dos grandes países cercanos, China e India, representan los dos polos opuestos en los se pueden fijar ciudadanos y autoridades del Asia Central a la hora de decidir el modelo de sociedad digital que quieren para su futuro. Mientras la primera ejerce una férrea censura bien conocida, India tiene una tradición de prensa independiente que ha encontrado su reflejo en Internet, con muchas e interesantes iniciativas de periodismo ciudadano a menudo también utilizadas como herramienta en la búsqueda de mejoras sociales.
Los avances en la facilidad de acceso y uso serán sin duda beneficiosos en esa región para conseguir también avances sociales y políticos, pero la comunidad internacional, advierte el informe, debería ser muy cuidadosa a la hora de promover ese desarrollo. Una apuesta patentemente política, relacionando de manera explícita Internet con los avances democráticos, podría incrementar los recelos de los gobiernos y resultar contraproducente.
Con todo, el periodismo ciudadano está creciendo con rapidez en esos países. Con un mejor y más barato acceso a la Red, concluyen, quizá aún pudiera crecer a una velocidad mayor que las técnicas censoras de los gobernantes.
Vía | GuideMoscow.com