La primavera árabe se ha convertido en uno de los grandes ejemplos de la eficacia y el valor del periodismo ciudadano en un contexto de guerra. Sakhr al-Makhadhi destaca en el Guardian la cantidad de muertes de periodistas profesionales y ciudadanos que ha dejado a su paso el movimiento de liberación Siria. En este conflicto el periodismo ciudadano ha cobrado una importancia especial por lo peligrosa de la situación para los periodistas occidentales de ahí la gran lección que los civiles están dando al mundo.
Los ciudadanos sirios, señala Sakhr al-Makhadhi:
[…] entran en la línea de fuego con sus teléfonos móviles, suben imágenes a YouTube y proporcionan a los medios de comunicación el contenido libre que esperaban conseguir. Siria se ha convertido en la primera red social de la guerra. De ello se desprende que la mayoría de las víctimas de los medios de esta guerra sean sirios y no extranjeros. Y muchos son periodistas ciudadanos no entrenados, utilizando Internet para compartir su lucha por la libertad en la creencia de que el resto del mundo los ha abandonado.[…]
En este clima especialmente peligroso Matthew VanDyke, un ciudadano americano y activista en favor de las libertades, se encuentra actualmente en Siria produciendo un documental a pesar de que no es periodista, aunque haya quien afirma lo contrario. De hecho, ser periodista en Siria se ha convertido en una de las profesiones más peligrosas. A pesar de destacar que «las cámaras y las armas no se mezclan», VanDyke «lleva un uniforme militar para diferenciarse de los periodistas, y por lo tanto garantizar su seguridad», pero es que además él mismo se considera un activista en defensa del Ejército de Liberación Siria:
En el otoño de 2012, voy a ir a Siria para hacer una película documental en apoyo al Ejército de Liberación Siria (FSA), rebeldes que luchan para derrocar al régimen de Bashar al-Assad. Voy como director de cine y activista veterano […]
Además, este activista, considerado un terrorista por el régimen de al-Assad, señala su deseo de no ser juzgado como un periodista en caso de ser apresado, sino como un rebelde más:
No voy a Siria para hacer algo remotamente parecido al periodismo. No quiero ningún trato especial si soy capturado por las fuerzas de Assad. Quiero el mismo destino que los hombres con los que sea capturado.
Este documental, financiado a través de las plataformas de crowdfunding Kickstarter y IndieGoGo, trata de llamar la atención del mundo sobre la terrible situación que se vive en el país 18 meses después del inicio de las revueltas, de ahí su interés por mostrar un ángulo distinto al que pueden ofrecer los documentales tradicionales y conseguir así que más gente «se preocupe por esta guerra». Entre sus objetivos VanDyke destaca:
Mejorar la imagen internacional de los rebeldes sirios
Motivar a los que ven la película a donar dinero al Grupo de Apoyo a Siria y otras organizaciones a fin de que los rebeldes sirios pueden comprar las armas y municiones que necesitan para ganar la guerra.
Animar a más sirios a unirse a la FSA
Motivar a las personas de todo el mundo para protestar o luchar por su propia libertad
La implicación de VanDyke tal vez puede empañar la neutralidad de su información, en este contexto proclive, según destaca Sakhr al-Makhadhi, a la proliferación de periodistas ciudadanos independientes, «desesperados por demostrar su valía». Al margen de esta opinión personal, el trabajo de VanDyke nos acerca una realidad que de otra manera nunca hubiésemos podido descubrir. Pero Van Dyke ya avisa de que su intención no es rodar un documental objetivo y así lo destaca en la página de este documental:
Los periodistas deben ser imparciales y objetivos. Yo no soy imparcial cuando se trata de la revolución siria, he elegido mi posición a diferencia de algunos. Estoy abierto y soy honesto al respecto. Estoy a favor de la FSA y haré lo que pueda para ver la caída del régimen de Assad.
Tengo una plataforma y el acceso a los medios de comunicación que permitirán que esta película sea vista por un público numeroso
Yo trabajo de forma gratuita, mientras que otros cineastas no. Estoy distribuyendo la película gratis en Internet para una audiencia potencial de millones de personas.
Puedo asumir el riesgo de hacer una película en apoyo a los rebeldes sirios que han tenido mala publicidad últimamente por abusos contra los derechos humanos cometidos por unos pocos individuos que empañan la reputación de la revolución.
El cineasta estadounidense fue capturado por soldados del gobierno en el este de Libia en marzo de 2011 y pasó los siguientes seis meses en las cárceles de Gadafi. Fueron los rebeldes los que consiguieron liberarle en la prisión de Trípoli tras invadir la ciudad. En este vídeo VanDyke habla de su encarcelamiento:
En este vídeo podemos ver una parte del material de este documental sobre la revolución Siria: