¿Qué hago yo ahí?, se pregunta la bloguera cubana Yoani Sánchez, junto a noventa y nueve famosos me ha puesto la revista Time en su lista de personas influyentes del 2008. Para más sorpresa estoy en el acápite de “Héroes y pioneros”, aunque preferiría la simple categoría de “ciudadano”.
De los innumerables caminos para llegar a ese célebre listado, creo haber transitado –a pie- por el más inusual. Ese que no va apuntalado con poder económico, carisma ante las cámaras, control político o ascendencia religiosa. Sencillamente me dediqué a contar mi realidad desde el distorsionado foco de las emociones y las interrogantes. Llegué a creerme que la voz de un individuo puede empujar los muros, oponerse a las consignas y desteñir los mitos. Ahora la vanidad solo me alcanza para imaginar que los otros inscritos se estarán preguntando “¿quién es esa desconocida blogger cubana que nos acompaña?”
Yoani Sánchez ha sido elegida por la revista Times como una de las 100 personas más influyentes.
Una buena racha la que está teniendo Yoani que acaba de conseguir el premio Ortega y Gasset en nuestro país, aunque como les contamos, todavia no sabemos si Yoani ha conseguido salir de Cuba para recibir el galardón. En su blog leemos: «Como un bebé en pañales me veo por estos días, mientras espero el permiso para viajar a Madrid para recoger el Premio Ortega y Gasset.
«La autorización para volar (mañana sábado 3 de mayo) –día de la libertad de prensa- está “detenida” por una misteriosa Jefatura de Inmigración y Extranjería que no me da explicaciones. Para esa poderosa institución sigo siendo un lactante al que no se le dice que le van a poner una inyección», escribe Yoani en su blog.
«Tanto la blogera cubana como los promotores del Premio, otorgado desde hace 25 años por el diario EL PAÍS, han agotado todas las vías administrativas existentes para lograr que Sánchez viaje a España para asistir a la ceremonia de entrega, que se celebrará el miércoles próximo». «Sin embargo, hasta el momento dichas gestiones sólo han tenido por respuesta el silencio administrativo de las autoridades cubanas, lo que hace prever que finalmente la periodista no podrá salir del país.»
Por otro lado, la revista Times afirma: «Bajo la nariz de un régimen que nunca ha tolerado la disidencia, Sánchez ha practicado el papel que los periodistas vinculados a su país no pueden: la libertad de expresión.»