Ya hace unos años que empezó a desarrollarse lo que se dio en llamar periodismo hiperlocal, con gran proliferación desde entonces de medios y redes de medios que buscaban cubrir la información local de pequeñas comunidades y barrios.
Muchas de esas iniciativas hiperlocales han sido de carácter netamente ciudadano, respondiendo a la lógica de informar sobre lo que acontece en nuestro entorno más cercano. Pero también los medios profesionales se han sumado a la tendencia —con ejemplos como The New York Times o The Guardian— en un intento de aminorar con la información hiperlocal la crisis que desde hace un tiempo vienen sufriendo los medios de comunicación.
El contenido hiperlocal parecía ser una solución, atrayendo a pequeños anunciantes que financiaran las noticias. Pero no todo el mundo ha compartido siempre esa visión. Estudios y experiencias prácticas han venido a cuestionar la viabilidad económica del periodismo hiperlocal. El reciente anuncio de The Guardian declarando insostenible su iniciativa Guardian Local pareciera dar la razón a esos críticos con la alternativa hiperlocal.
Aunque no todo han sido fracasos. Muchos medios han sobrevivido y las iniciativas con foco en la información hiperlocal siguen apareciendo. Como Dichtbij, una red medios hiperlocales lanzada en los Países Bajos que de momento parece haber encontrado el camino de la viabilidad económica.
Así lo afirman sendos artículos en Nieman Journalism Lab —que compara esta red con Patch— y Dobe Bomen. Aunque como advierten en este último artículo aún es temprano para sacar conclusiones sobre el éxito definitivo de esta plataforma, parece que Dichtbij ha encontrado un modelo de periodismo hiperlocal económicamente sostenible y rentable.
De inicio, la red se lanzó con tres medios hiperlocales, destinados cada uno de ellos a servir de experiencia piloto en diferentes aspectos:
- Woerden, donde se experimentó la creación de una comunidad, con un importante papel de las redes sociales.
- Zwolle, donde se probó un sistema de agregación de noticias.
- Eindhoven, donde se apostó por el contenido original, con noticias sobre eventos patrocinados por los anunciantes.
Las experiencias resultaron positivas, y la plataforma pudo sacar algunas conclusiones interesantes. Entre ellas, la necesidad de crear comunidades de usuarios reales, bien cimentadas, y la conveniencia de la colaboración entre los equipos editorial y comercial de los medios. Bart Brouwers, fundador de Dichtbij, abunda en estas y otras conclusiones, según cita el artículo del Nieman Lab:
- Pensar en community managers, no sólo en reporteros. Los periodistas de los medios hiperlocales han de ser a la vez constructores y organizadores de la comunidad.
- Periodistas y personal comercial han de ser aliados, no enemigos, siempre buscando la noticia que complazca al anunciante sin detrimento en la calidad de la información ni en el interés de los lectores.
- La centralización no funciona. Cada medio debe interactuar con su propia comunidad, con sus propios equipos editoriales y comerciales.
- La agregación no es suficiente. Es necesario también el contenido original.
Dichtbij está preparada para su lanzamiento nacional, ya inminente, con más medios hiperlocales. Pero, como hasta ahora, el proceso se hará poco a poco, con medios a pleno rendimiento y otros con una primera versión light. La idea es no disparar los costes innecesariamente y logar mantener el modelo hasta ahora viable.
Bart Brouwers explicará este modelo a finales de junio en el congreso 6th Summer University de WAN-IFRA.